Si se lleva una vida con mucho ajetreo, con una carga excesiva de trabajo, problemas familiares más entrenamientos es común que aparezca el cansancio. Lo más habitual es achacarlo al estrés y a los quehaceres diarios.
Cómo averiguar si es cansancio o anemia
Sin embargo, quizá se deba algo más y sea recomendable hacerse un análisis de sangre para descartar que se trate de un caso de anemia. Por ello, lo ideal es recurrir con un especialista que pueda hacernos y leer el análisis de sangre.
Hacer un análisis sanguíneo
Lo primero que suele llamar la atención es el valor del hematocrito. Puede que muchas veces estos se encuentren rozando los valores mínimos, pero para hacer una valoración exacta se debe mirar la analítica en su conjunto. Hay distintos valores que se debe analizar en la analítica, como son la ferritina, el hierro, la hemoglobina, las hematíes, la transferían, entre otros.
También se debe tener presente que no se trata de solo un tipo de anemia, son varios los tipos que pueden aparecer. La más frecuente entre los ciclistas es la ferropènica o la sideropènica, que se da por una deficiencia de hierro. Pero por lo general el valor que se analiza es el de hematocritos, ya que la ferritina o el hierro no suelen analizarse de forma individual.
Un bajo valor de hematocritos puede generar una anemia falsa o una pseudoanemia de deportista. Se produce por una adaptación al ejercicio aerobio continuo, lo que da un aumento en el plasma o en la parte de líquido en la sangre.
El hematocrito es un porcentaje entre los glóbulos rojos o de los hematíes en un volumen de sangre y si dicho volumen de sangre se ha visto aumentado, el porcentaje de hematocritos suele bajar. Esto es la falsa anemia que puedes notar, ya que la baja de hematíes es aparente.
Existen datos como la medición de hierro que puede llamar mucho más la atención. Este mineral es fundamental para el organismo, ya que es el valor esencial de la hemoglobina, que es la encargada de llevar el oxígeno a los músculos. Sin dejar de un lado a la transferrina, la molécula que se encarga de transportar el hierro.
El hierro
Este es un mineral que no se disminuye en sangre de un día para el otro. Sin embargo, la anemia tiene diferentes etapas. Cuando existe una pérdida más elevada a la ingestión de hierro, se van gastando las reservas. La ferritina consiste en los depósitos del mineral en el hígado, el bajo y la médula ósea.
Al disminuir la ferritina, se alerta de una disminución de la hemoglobina y del hematocrito. Por lo que automedicarse para aumentar el nivel de hierro es un verdadero error.
El exceso de hierro almacenado puede ocasionar una hemocromatosis, generando además enfermedades como la diabetes, la cirrosis, enfermedades óseas, etc.
Si se gasta más de lo que se ingiere, se van gastando las reservas de hierro y el valor de ferritina va disminuyendo de forma progresiva. Aquí el cansancio empieza a aparecer tras las sesiones de entrenamiento intensas.
Las reservas mínimas del mineral, no son suficientes para cubrir las necesidades del desarrollo de los glóbulos rojos, lo que disminuye el nivel de glóbulos rojos en sangre. En este punto se empieza a notar sobre el rendimiento e incluso en cualquier salida de paseo se puede notar el cansancio.
Tras esto empieza a haber una disminución de los valores de hematocrito y hemoglobina. Aquí la anemia está en proceso y los glóbulos rojos se encuentran en descenso.
La médula ósea busca compensar la disminución de hierro, acelerando el desarrollo de los glóbulos rojos, lo que se reconoce como una anemia por disminución de hierro.
Otro valor que se puede ver en el análisis de sangre es el VCM, es decir, el volumen corpuscular medio. Se trata de un valor que puede indicar una anemia ferropènica o microcetica.
Al notar los síntomas se debe acudir con un especialista que tome un examen con el cuidado preciso. Entre los síntomas se pueden destacar:
- Frío y hormigueo en la punta de las extremidades.
- Un ritmo cardíaco acelerado.
- Debilidad y más fatiga.
- Dificultad en la respiración.
- Piel pálida.
- Vértigo y mareo.
- Dolor de cabeza.
- Irritabilidad.
- Úlceras o llagas.
- Lenta cicatrización.
¿Cómo prevenir la anemia?
Tener una buena y equilibrada alimentación en la que no falte la carne roja debe ser suficiente para aportar los diferentes nutrientes que se requieren para un correcto funcionamiento del organismo.
Los deportistas pueden estar entre las personas que más riesgo tienen de una anemia, lo ideal es que un nutricionista te asesore en la dieta.