Revista Libros
Ángel Pariente.
De provincia.
Renacimiento. Sevilla, 2010.
Es nuestro siempre el mar. La tierra cambia / pero no cambia el mar, se lee al principio de Epifanía, uno de los poemas que Ángel Pariente (Gijón, 1937) reúne en De provincia, editado por Renacimiento en su colección Calle del Aire.
Autor de espléndidas traducciones de Lautreamont para Renacimiento, Pre-Textos y Alianza, editor de textos y declaraciones del superrealismo en Razonado desorden, la poesía de Ángel Pariente es más discursiva, menos hermética que la de esos modelos que ha traducido.
Menos hermética, pero no menos ambiciosa, vive en la contención estilística, en el orden secreto de las bibliotecas y las constelaciones, en la intensidad de la vida y el recuerdo de las pérdidas mientras escribe:
Las naves arden, el humo se aleja, el fuego permanece. En el fondo del ojo del poeta yace el hombre sin patria, la cólera rencorosa, la moral compasiva, el terror razonado: la videncia.
Y todo eso, que ahí es sólo una obertura (Raconte pas ta vie) que convoca temas y actitudes de la poesía de Ángel Pariente, se desarrolla luego en los versos intensos y contenidos de este libro, atravesado por una temporalidad sostenida, soterrada o emergente, expresada con una admirable sobriedad estilística:
La luz cambia de sitio.
Así termina agosto.
Santos Domínguez