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Ángeles adorando la Santa Faz de Luca Giordano

Publicado el 11 junio 2024 por Rmartin
Ángeles adorando la Santa Faz de Luca Giordano
 

Realizado hacia 1700

Óleo sobre lienzo de 102 X 261 cm

Depositado en otra institución

Grisalla que muestra dos ángeles sosteniendo la Santa Faz, mientras que, en el primer plano, otros dos ángeles de mayor tamaño, desconsolados, lloran de rodillas. Uno oculta su rostro con un paño, mientras que el segundo mantiene una actitud orante y recogida.

Las fuentes históricas son especialmente parcas en información relativa a esta pintura. Fue Antonio Ponz el más explícito, al mencionarla en la sacristía de la capilla de la Casa del Tesoro del Alcázar, afirmando además que servía de «frontal» en el «monumento de Semana Santa». El mismo autor señala la existencia de otra grisalla en el mismo espacio, que describe como la «Cena del Señor con sus apóstoles», también de Giordano, añadiendo que ambas presentaban un delicado estado de conservación. La ausencia de noticias posteriores alentó la sospecha de que el cuadro había desaparecido o que perteneció a un monumento funerario. La realidad es que estas dos pinturas debieron formar parte de un monumento efímero de exaltación eucarística que debía montarse en algún lugar relevante de la capilla de la Casa del Tesoro o de la del Alcázar. A favor de la primera localización está el hecho de que ese fuera su lugar de depósito. Sin embargo, su escasa relevancia —era iglesia dependiente de la capilla del Alcázar destinada a los criados del rey— permite sospechar que el destino del monumento era esta última y que, concluida la Semana Santa, sus elementos constructivos y decorativos se almacenaban en la sacristía de la capilla de la Casa del Tesoro. Si esto fuera así, la sucesión de traslados y montajes podría justificar el delicado estado de conservación que hoy se aprecia y que ya comentaba Ponz.

No queda claro por qué Giordano utilizó la técnica de la grisalla, y la ausencia de noticias sobre el aspecto del monumento impide conocer sus razones. Efectivamente, otras pinturas de tema semejante formaron parte de la religiosidad privada de los monarcas (en el caso de Jacopo AmigoniPrado) o se ubicaron como sobrepuerta del oratorio del rey (en el caso de Corrado GiaquintoPrado), que, al menos en este último caso, resulta ciertamente improbable en una pintura destinada a un monumento efímero. Podría pensarse en un frente de altar (el «frontal» al que se refieren las fuentes históricas) en el que se situara el cáliz con la hostia consagrada. En otro lugar indeterminado se colocaría la segunda pintura de Giordano conservada en la sacristía de la capilla de la Casa del Tesoro, también citada por Ponz, que comporta también significado eucarístico. No resulta fácil proponer una fecha para esta pintura. Por una parte, su ausencia de color y, por otra, el haber sido concebida para un monumento efímero, constituyen elementos que podrían justificar su aspecto abocetado y remiten al final de su periodo español.

TEXTO: Web del Museo de El Prado

Ramón Martín



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