No me pasa a menudo, por suerte, pero ésta es una de esas ocasiones en que su aspecto superficial y una breve sinopsis fueron los elementos que me animaron a comprar el libro. Por cierto, navegando un poco, ya he visto suficientes reseñas negativas a las que me sumo. Si las hubiese leído en su momento, no lo habría adquirido.
Argumento
Maer-Aeng es desterrada del mundo angelical tras haber cometido una falta, a pesar de tener un motivo para ello. Keilan, su amado, la espera durante siglos hasta que se reencarna al fin en una humana en la Florencia de 1475. Sin embargo, Grunontal, un ser demoníaco pero que tiene cierta relación con Larma, el líder de los ángeles, obsesionada en conseguir a Keilan para ella, no aceptará un no por su parte. Así, maldecirá a la pareja: Keilan queda convertido en estatua hasta que Maer-Aeng se vuelva a reencarnar y le necesite. A partir de ese momento sólo tendrá una semana para recuperar su amor o las consecuencias serán terribles.Siglos después, en Águilas, un pueblo de Murcia, vive María, una joven gitana muy especial que desea escapar de allí para poder seguir estudiando o, al menos, evitar casarse con Pepe, un vecino violento con el que su abuela quiere emparejarla. Ha conseguido una beca para ir a París y pronto podrá cumplir su sueño. Su única tristeza será dejar a su hermano Tito y la estatua de un ángel que hay en el cementerio con la que, extrañamente, siente una conexión.
Reseña
Es muy triste que una historia que tenía una premisa con posibilidades, aunque fuese bastante cliché, no tenga por dónde cogerla. Es cierto que es la primera novela de la autora y hay ciertos detalles que indican que en futuras obras tiene margen de mejora, pero no puedo negar que su debut me ha parecido un desastre.
El primer gran error del libro es condensar casi todo el pasado de los protagonistas en apenas dos capítulos, justo al principio. En apenas 15 páginas nos hace un resumen como si nos estuviese ametrallando con información ("Primero pasó esto, luego lo otro, como consecuencia tal y después éste hizo lo otro...") y sólo consigue crear el efecto de precipitación y de falta de profundidad. Esto supone que todo lo que sucede está explicado de manera muy vaga o ni siquiera eso. Me temo que muy diferente habría sido la obra si la trama empezase en el momento presente, en Águilas, y todo el pasado lo fuese descubriendo la protagonista y quienes leemos poco a poco por flashbacks, sueños o explicaciones de terceros. Si alguien tiene ya el libro por casa y aún lo quiere leer, quizás recomendaría saltarse esos dos primeros capítulos pues, al menos, la narrativa a partir de ahí deja de ser una metralleta y sigue un ritmo más "normal" (aunque siga teniendo problemas, pero es otra cosa).Otro problema de ese inicio y ya el resto de la obra es lo superficial que resulta todo. No se cuenta en ningún momento cómo se conocieron Maer-Aeng y Keilan ni cómo llegó su amor a ser tan desmesurado. Nos lo tenemos que creer porque sí. Y claro, como su amor era tan fuerte, también nos tenemos que creer lo que pasa ya en el tiempo presente. Si al menos, durante el libro, hubiese algún momento en que sintiese alguna chispa... pero no. Momentos cliché, frases huecas, tiras y aflojas con poca gracia, situaciones forzadas como "me creo lo que me diga una perfecta desconocida ignorando las cosas raras que han pasado"... Por no hablar que el momento de sexo no puede ser en lugar y momento más anticlimático. En definitiva, la parte romántica de la trama se lleva un suspenso absoluto. De la parte de la lucha de ángeles contra ¿demonios? tampoco echamos cohetes. Grunontal, la mala malísima tiene unas apariciones ridículas (¿una bandada de cuervos?) y agujeros en sus planes cual queso gruyer. Que ella y Nitya (mujeres) sean el mal absoluto y que el papel de ángeles buenos que tengan peso en la trama se lo queden Larma, Keilan, Milkaer y Yunil (hombres), destila una misoginia interiorizada bastante fea. Sí, hay alguna ángel femenina buena pero de papel intrascendente, salvo por las niñas-ángeles... lo que me lleva al siguiente punto.No termino de entender la concepción de ángeles desterrados que crea: ¿son humanos pero tienen poderes de todo tipo? Aparte de no tener alas no hay nada que los diferencia de los ángeles completos ¿Que no pueden ir a las ciudades de los ángeles? Pues María acaba yendo (aunque la excusa puede ser que Larma la lleve y por ahí tiene un pase). Más cosas que no cuadran de este mundo angelical: hay 20 ciudades pero no tienen ningún interés para la trama. Debería haber un ejército angelical para cuando estalla la guerra pero no aparecen ninguna caballería de apoyo, sólo participan los que han salido a lo largo del libro. No hay mandos intermedios en el Gobierno angelical, se descubre que Larma, que lo controla todo en este mundo, guardaba un par de secretos muy feos y no tiene mayor trascendencia, deja varios cabos sueltos de protagonistas y secundarios (¿con la idea de que éste hubiese sido el primer libro de varios, quizás con otros protagonistas?), los ángeles tienen dinero humano que han conseguido invirtiendo en negocios rentables... ¿por qué? ¿para qué? ¿para los ángeles desterrados? ¿pero no son desterrados? ¿un destierro no implica "te echamos porque has hecho algo muy malo y ahora te buscas la vida"? Y otra cosa ¿ángeles que forman una banda de música que cuenta la historia de los protagonistas en sus canciones ¡incluso con sus nombres en las letras!? Es detalle tras detalle que carece de lógica interna por mucho que queramos usar el comodín de la fantasía.En cierto modo, tengo la sensación de que la autora ha metido en una coctelera la esencia de los Cazadores Oscuros de Sherrilyn Kenyon (variedad de criaturas fantásticas, unos líderes buenos y malos con secretos, una trama romántica que articula el libro, batalla final, final feliz...), algo de la serie Sobrenatural (seres a los que cazar, el viaje en coche tiene mucha importancia) y, para españolizar el conjunto, pueblos y paisajes que se nota que la autora conoce y a los que les tiene cariño. Agitar y servir.Con todo esto, al libro aún le podría quedar la baza de la pareja protagonista para salvarse. Ya he comentado que en la relación las cosas no están mucho mejor, pero tal vez individualmente... Tampoco. Quizás por ser novela primeriza, pero ambos fallan en una perfección poco interesante, quedando terriblemente planos. Con todo, lo peor se lo lleva María. Lleva años realizando cosas sobrenaturales (le brilla el pelo cual Rapunzel; los ojos se agrandan cual personaje de shojo manga y también brillan; puede imponer su voluntad para que la dejen en paz; salvó mágicamente la vida de su hermano, en peligro por unos navajazos muy feos...) y luego reniega de todo lo fantástico que vive con Keilan. Es incongruente en cada paso y acción que toma: ¿me voy con un desconocido que tiene una furgoneta negra de cristales tintados porque es guapo? ¡Claro que sí! ¿Me olvido de llamar a mi preocupado hermano después de desaparecer de repente y no le cuento nada con lo que tranquilizarle? ¡Por supuesto! ¿Acepto que el desconocido me compre un vestuario completo sin que luego le tenga que devolver el dinero? ¡Obviamente! ¿Un viaje que dura como 5h (comprobadlo con el Google Maps) se va prolongando y no me parece extraño? ¡Para nada! ¿Accedo a que cambie de ruta porque "quiere ver a un amigo" (recordemos que nadie, ni su hermano sabe dónde está)? ¡¿Por qué no?! ¿Cuando tengo una pelea, en vez de ir hacia el objetivo original que era Madrid, vuelvo al pueblo del que he escapado porque patata? ¡¡Sí!! Etcétera, etcétera, etcétera.De Keilan debería decir algo, pero no me sale nada bueno o malo. Vale, sí, el momento en que se enfada porque ella no confía que un desconocido salido de la nada le haga tantos favores y sea tan generoso por nada (¡momento de lucidez!) y la amenaza con dejarla en mitad de la carretera. Es lo único destacable. Aparte de eso, no hay nada más allá de "Amo a María. Quiero que recupere la memoria. Odio a Grunontal". Y hablando de la mala, resulta que tiene una hija a la que, como no podía ser de otro modo porque es mala, odia. Y le pega bofetadas. Varias. Cada poco. Creo que al segundo tortazo quedaba claro que es mala y que la odia.
Mejor lo dejo aquí, que ya queda claro lo que pienso y no hace falta seguir haciendo sangre (podría, creedme). En definitiva, una novela con una trama pretenciosa para ser un debut donde quiere meter más elementos de los que las páginas dan de sí, por lo que el resultado es el que es. El único punto positivo que le veo es la incursión de la etnia gitana aunque sea de una manera en que le pondría varias pegas. Tiene varios elementos originales y podría haber funcionado... una pena.