Revista Cine
Director: Gerald Kargl
Por pura casualidad la otra vez me encontré con "Angst", película austriaca que en su momento pasó relativamente desapercibida (difícil se hacía distribuir una película tan violenta; en algunos lados la tildaron, oficialmente, de pornográfica) pero que con los años ha ido adquiriendo, muy merecidamente, categoría de culto. Es la opera prima de su director y, cosa curiosa, también la última: económicamente le fue tan mal, que Gerald Kargl quedó endeudado y quebrado, y después debió dedicarse a dirigir comerciales y documentales educacionales para pagar las deudas, aunque él mismo dice que lo hizo de lo más feliz. En una entrevista del 2003 señaló que estaba preparando otra producción, pero a día de hoy parece que no se sabe nada de él, ¿o sí? También dijo que cambiaría muchas cosas de "Angst", por ejemplo lo explícito de la violencia, pero así como está es una película sensacional, digo yo: no le cambiaría nada.
"Angst", que se inspira en un caso real, no es una película de terror al uso, del montón, en el sentido más convencional y anodino del término, del género. El horror de "Angst" (contundente y honesto título) es más profundo, mucho más profundo de lo que se podría señalar rápidamente. "Angst" es una película violenta, pero más que violenta, es oscura, negra. Negrísima. Virtualmente en tiempo real, la acción sigue las andanzas de un ex convicto que acaba de recuperar su libertad, pero que no piensa en otra cosa mas que matar. Asesinar. Atar, torturar. El mundo gira en torno a esa compulsiva necesidad que surge de su inmenso odio a las mujeres y del placer que le produce provocar daño a otras personas, cual Ted Bundy se tratara. Su mente revolotea obsesivamente en torno a esta idea, a este deseo, a los recuerdos de su madre, la infancia infeliz y humillada, los planes de asesinato, su excitación ante el dolor o sufrimiento ajeno... Con un tratamiento crudo, al hueso, Kargl literalmente nos sumerge en este pozo sin fondo que es la mente de un psicópata, como un estudio psicológico de la perversidad y el vacío moral, de la forma de pensar de alguien tan inhumano, la lógica que hay detrás de acciones tan salvajes y rabiosas. El acierto de la película es que no ofrece lecciones ni respuestas, pues el punto de vista de un cruel asesino es todo lo desconcertante e incomprensible que puede llegar a ser: el mal, a fin de cuentas, no se puede explicar. Ni siquiera cuando tiene voz propia...
Así, más que de terror, yo diría que "Angst" es un tremebundo y portentoso ejercicio de inquietud, angustia, desasosiego, desolación y atmósfera. Qué atmósfera. Tan... agobiante. Partiendo por la siempre dura e hiriente narración del protagonista, de efecto claustrofóbico, quien, además de ir construyendo su propio perfil psicológico (su misoginia, su sadismo, su impulso de matar), nos describe, a su manera, las atrocidades que se irán encadenando una vez que lleguen los habitantes de la casa en la que irrumpe poco después de haber salido de la cárcel. A esta sensación de claustrofobia contribuye el hecho de que la narración apenas contiene diálogos propiamente tales: palabras sueltas, balbuceos desesperados... Los personajes apenas hablan, y sin embargo sus interpretaciones son tan intensas (especialmente la del protagonista, un impresionante Erwin Leder), expresando con lacerante brutalidad el miedo, la desesperación, el ansia, la monstruosidad, la bestialidad, el abatimiento... Lo importante de esto es que, en el fondo, el protagonista, ese asesino insaciable, es el absoluto dueño de todo y su voluntad no deja espacio para la esperanza: la película se mueve en ese pequeño y angosto espacio que es la agonía. Desde el principio no hay más horizonte que la muerte. A lo anterior sumen una puesta en escena sumamente inquietante e incómoda, como fuera de lugar (posiciones de cámara inverosímiles para un cuerpo/punto-de-vista humano promedio), amén de sus pronunciadas angulaciones (los encuadres y sus líneas fuertemente marcadas, a veces en oposición: tensión visual), los cuidados pero en apariencia erráticos movimientos de cámara (como caóticos), el tenue y casi opaco tratamiento del color y las luces, la genialmente electrónica banda sonora compuesta por Klaus Schulze (quien había sido miembro de Tangerine Dream)... Es una película dirigida de manera implacable e impecable. Demuestra exquisito y cuidado dominio del lenguaje cinematográfico y dramático (además de buen gusto: esas tomas "aéreas" son geniales), el cual se revela especialmente al final, cuando Kargl demuestra ser capaz de generar angustia e inquietud sin mostrar apenas una gota de sangre, es más, sin mostrar "nada"...
En efecto, es otro tipo de horror, un horror más profundo, más oscuro, más auténtico. Gaspar Noé tiene razón al decir que es una de las obras maestras de la década.
Y se llama "Angst".
...¿la conocían?...