
"Habían jugado tantas veces a morirse el uno en los brazos del otro, que al encontrarla ensangrentada en mitad del salón se echó a reír, convencido de estar asistiendo a una representación, a algo grandioso que consiguiera sorprenderlo esta vez, anonadarlo, pasmarlo, hacerle perder la cabeza, quedarse con él.
Por la mañana, tras darle la bolsa de plástico amarillo, ella había dicho en tono jovial Compra atún porque el-atún-es-bonito, pero era evidente que estaba muerta, pues tenía los ojos abiertos, la mirada fija y, entre las manos, la herida, el cuchillo clavado en el sexo."
La verdad que este libro me llamó la atención, de entrada, por la portada. Y fue llevarme a casa la "cata" de la librería y volver al día siguiente a buscarlo. Lo confieso, me pierden esas pequeñas catas con un capítulo o dos. Y normalmente me acabo comprando el libro. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Ánima.
Conocemos a Wahhch, un hombre felizmente casado cuya mujer espera un hijo. Un día al llegar a casa la encuentra brutalmente asesinada por un hombre que no se ha preocupado siquiera de no dejar huellas. Cuando la policía le explica hasta dónde puede llegar en su investigación pese a tener el nombre de quien le hizo eso a su mujer, será el propio Wahhch quien emprenda la caza de este monstruo a través de América buscando ver un rostro.
Visto el argumento puede parecer una novela más, pero no lo es. Estamos ante una road novel que nos lleva por todo el país, y no es esa tampoco su característica principal. Aquí, lo verdaderamente llamativo, lo que le da fuerza a la historia y termina por producir un desasosiego en el lector, son los narradores. Estamos ante una novela coral en la que la historia nos la van contando animales. Y dicho así puede parecer extraño, pero parémonos a pensarlo por un momento. En realidad, y esta es la evolución del lector mientras avanza en la historia, vivimos rodeados de ellos; moscas, aves, perros, gatos o peces de colores que son testigos de nuestras vidas. Nos rodean, mudos espectadores de cuanto sucede a su alrededor. Así que el autor aprovecha esto y, aunque también habla el hombre, serán sin embargo los animales quienes más nos llamen la atención con su relato, sobre todo en la primera parte, e incluso aligeren lo terrible de la historia.
Wahhch se encontrará durante su viaje con personajes difíciles de olvidar, personas que lo ayudan y también con la maldad convertida en hombre. Porque el camino hacia Ánima está lleno de maldad y al final es la historia de un hombre que está roto y necesita saber, necesita ver. Es una novela diferente, que te atrapa y hace que a ratos cierres sus páginas mirando un gorrión que se acaba de posar frente a la ventana con otros ojos. Una historia que me llevó por sus páginas con naturalidad pese a lo extraño que pueda sonar a quien no se haya acercado, y que entre presente y pasado me descubrió un nombre (impronunciable, lo sé) que me llevo anotado para buscar más obras suyas.
Me dejó además clara una cosa: no está todo dicho, por mucho que pensemos que ya está todo inventado... siempre puede aparecer algo que nos sorprenda.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana? Yo tengo El plantador de tabaco y La fragilidad del neón.
Gracias
