Agua corriente en la hora cero
cotidiana,
amarrados a la estufa, al reloj, máquina, tranvía,
pie, tiempo efímero, las horas cansinas...
verdugos y víctimas de la rutina austera,
apretujados al rendimiento neurótico, los plazos impuestos,
hiperactivos incansables...
inundación de estímulos, maquinaria obsoleta,
inmersos en la proeza social solemne autómata
sin abrazo sonoro.
Cavilantes ausentes,
societarios tanáticos mirándose frente a
la condena optimista inválida,
civilización destruida
roída a contramarchas y ausencias...