Hay pocas experiencias vitales tan fascinantes como viajar a lugares recónditos para ver animales salvajes en su hábitat. El mundo alberga una riqueza faunística que es un verdadero milagro de la vida y de la naturaleza. Lobos grises, leopardos, osos polares, grizzlies, belugas, gorilas, tortugas carey, rinocerontes, delfines, ballenas, águilas, armiños, guepardos, zorros, buitres, halcones, linces, osos panda, caballos salvajes, tiburones tigres...
La experiencia de ver animales salvajes en libertad proporciona vivencias y momentos que no se olvidan jamás. Escuchar el aullido de los lobos en las Montañas Rocosas, ver la carrera del guepardo en la sabana africana, sentir la mirada intensa del gorila en el Congo, escuchar el poderoso rugido del león en Kenia, contemplar los andares cansinos de los osos en Alaska, asistir al vuelo majestuoso del águila real en España, observar la natación perfecta de los delfines en el Pacífico, la caza sigilosa del lince en Doñana o Canadá, sucumbir ante la fuerza del tigre en India, soñar con el vuelo migratorio de las bandadas de gansos salvajes en Canadá.... Son esas experiencias naturales que nos brinda la naturaleza y que nos permiten recuperar el equilibrio interior para vivir plenamente y valorar las cosas importantes.
El verano es sin duda una época perfecta para acercarse a la naturaleza y practicar un turismo ecológico respetuoso que nos recarga de energía y emociones. Viajar a destinos para ver animales salvajes nos conecta con nuestra herencia y raíces. Si quiere ver grandes felinos, no puede perderse el parque de Kgalagadi, un enorme espacio protegido de 38.000 kilómetros cuadrados que se extiende por Sudráfrica y Botsuana, donde podrá ver guepardos, leones, leopardos, gatos africanos, caracales, chacales de lomo negro, hienas marrones, hienas manchadas.
En el ártico canadiense, concretamente en la provincia de Manitoba, puede citarse con los osos polares que se concentran allá. En el paseo se cruzará en aquellos estuarios con grupos de belugas con sus crías prestos a cazar peces capelanes.
En el parque de Yellowstone, en Estados Unidos, podrá ver y escuchar a los lobos grises, que recorren sus valles incansables, además de búfalos y otra riquísima fauna que se extiende entre Wyoming, Montana y Idaho.
El estuario Padre Ramos, localizado en un área de la costa del Pacífico nicaragüense, es una zona vital para la tortuga carey; en aquellos manglares tiene una de las dos únicas zonas de anidación en el Pacífico Este. Es el lugar perfecto para observar a estas tortugas.
Aquellos que deseen ver a la ballena azul, dirigirán sus pasos hacia Sri Lanka, concretamente a la isla del golfo de Bengala, frente a las costas de Mirissa y Trincomalee. Aprovechen en largo viaje y vean al leopardo, el cachalote, el elefante asiático, el oso perezoso...
A los que les pille por Mozambique, o vayan expresamente, podrán nadar con grupos de delfines salvajes en la localidad de Ponta do Ouro, en la costa sur, cerca de la frontera norte de Sudáfrica.
No deje de acercarse a Namibia para ver rinocerontes negros en el parque nacional de Etosha o al oeste del páis, en Desert Rhino Camp.
Tampoco podemos dejar de ver el parque nacional de Bwindi, en Uganda, para ver gorilas, una de las experiencias más impactantes, además de chimpancés, y leones trepadores de Isasha.
Para los amantes del agua, nada como zambullirse en las islas Galápagos para ver a la tortuga gigante, la iguana marina, el alcatraz patiazul, el pinzón de Darwin, los pingüinos, los lobos marinos... Un santuario animal que hace las delicias de los amantes de lo salvaje.
Para los aventureros no hay distancias. Viajar a Australia, todo un continente, nos puede llevar por lugares tan fascinantes como la costa del parque nacional de Croajingolong y los bosques del parque nacional de Snowy River, al sureste del país. La fauna que se puede observar es variada: aves de costa, tejones australianos y ualabíes loros, emúes y canguros. A los que le guste estar bajo el agua, pueden bucear para contemplar la Gran Barrera de Coral frente a la costa de Queensland.
Doñana, en Huelva, España, merece más de una visita para descubrir a los linces y las águilas imperiales y reales. Al igual que la cordillera cantábrica para ver osos pardos.
Son sólo un puñado de lugares ver animales salvajes. Hay muchos más, descubra el que lo está esperando para cambiar su vida.