[Animaníacos] Basil, el ratón de la calle Baker

[Animaníacos] Basil, el ratón de la calle Baker

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Almudena J.Virosta 9 julio, 2014 0

Londres, 1897.

Niebla. Luces de farolas. Sonidos de carruajes y de perros que aúllan. La cámara recorre lentamente una calle de Londres. No sabemos cual. No importa. Todo es normal. Todo tiene un tamaño normal. Menos una pequeña ventana, más pequeña que un periódico en el suelo. Hay luz, cálida.

Posiblemente muchos hayan olvidado este clásico de entre los clásicos. Y es una obra maestra donde las haya porque además de pertenecer a la auto catalogación que Disney hace de sus obras – clásicos Disney-, es imposible resistirse, en cualquier momento de la historia, a cualquier edad, a una aventura ratonil inspirada en la Inglaterra victoriana. Es, sin duda alguna, introducirse de lleno en un relato de Conan Doyle musicalizado por Henry Mancini - ¡nada más y nada menos que el gran Mancini! – con el trazo dulce que Disney insertaba en sus películas y elaborada con la última tecnología pues Basil ha sido la primera película en combinar tecnología 2D y 3D.

Basil, el ratón superdetective se estrenó en Estados Unidos en 1986 con un presupuesto de $14,000,000. Inspirada en los relatos sobre Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle, y sobre todo en Estudio en Esmeralda, de Neil Gaiman, una de las historias apócrifas de Holmes y de sus múltiples adaptaciones, en este caso de Estudio en Escarlata.

La historia comienza en aquella ventana de luz cálida. Se trata de la juguetería Flaversham, donde el señor Flaversham y su hija Olivia juegan con una muñeca que le ha fabricado su padre por su décimo cumpleaños. De repente, un murciélago llamado Fidget secuestra al señor Flaversham, quien ha escondido a la pequeña Olivia en un armario. Olivia conocerá, por casualidad, entre llanto y desconsuelo, al Doctor Dawson, quien la acompañará a buscar al detective Basil, de la calle Baker. Es entonces cuando las preciosas ilustraciones de esta película nos llevan al inconfundible 221B de Baker Street, donde podremos ver el famoso contraluz de Holmes junto a un presumible Watson, al recorrer la cámara la fachada nos encontramos en el hogar de Basil, el hueco en la pared del 221B de Baker Street. Inconfundible, ingenioso, brillante y sumamente arrogante, Basil es un Holmes como otro cualquiera que respete el canon – así es como se conocen a las historias de Sherlock Holmes escritas por Conan Doyle – un ratón demasiado ocupado para ir atendiendo casos triviales, y en efecto, triviales, porque el de Olivia Flaversham no es un caso cualquiera, es un caso protagonizado por el villano, el Moriarty de este Holmes, Ratigan – que quien no lo recuerde probablemente haya oído en algún momento de su vida la canción Oh Ratigan.

Entre sus muchos guiños, caben destacar (además de la indudable semejanza a la personalidad y al carácter del Holmes original – siempre teniendo en cuenta que se trata de una adaptación Disney – así como sus habilidades con el disfraz, entre otras cosas) detalles como el gorro, dibujado por Sidney Paget en las ilustraciones originales, o el mismo nombre del protagonista, Basil, llamado así en honor a Basil Rathbone, actor que dio vida a Holmes en nada más y nada menos que en catorce películas – el gorro es exactamente el mismo que el que usa Rathbone en sus películas. El color, el tratamiento de sus imágenes, el doblaje aún latino – no será hasta La Bella y La Bestia que se doble en castellano – y los numerosos guiños al conocedor del canon hacen de la película una obra magistral y encantadora, sencillamente perfecta tanto para introducir a un niño al universo Holmesiano como para divertir a un adulto ya introducido.

Sin duda, una de las favoritas en Animaníacos, ¡esperamos que os guste tanto como a nosotros!

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