Para acabar la semana os presentamos uno de los escultores predilectos de Joaquín Torres y uno de los creadores con más influencia en el mundo del arte: Anish Kapoor (Bombay, 1954).
Hijo de padre indio y madre iraquí, Kapoor se trasladó a Londres con 16 años para completar su formación artística. Allí conoció a autores como Tony Cragg o Richard Deacon, con quienes formó parte de la Nueva Generación de escultores británicos. A pesar de ello, Kapoor rechaza reconocerse como indio o británico: “Para mí, ser un artista español, americano o inglés viene a ser lo mismo. Lo importante es la obra”.
Fue en los años 80 cuando Kapoor comenzó a labrar su prestigio en el panorama internacional con piezas de materiales siempre naturales recubiertas de pigmentos de colores muy vivos. Su obra “Arena blanca, mijo rojo, muchas flores” (1982) es reflejo de ello.
Desde entonces ha ganado la aclamación internacional y ha exhibido su obra en escenarios tan prestigiosos como la Tate Modern Gallery de Londres, el Millenium Park de Chicago o la Documental de Kaseel, entre otros. Así destacados hitos se suceden en la trayectoria del artista indio como su rèpresentación del Reino Unido en la Bienal de Venecia en 1990, el premio Turner un año más tarde (galardón artístico más importante de Gran Bretaña) o su condecoración al mejor artista británico de las últimos 20 años.
La producción del escultor ha evolucionado a lo largo de las últimas décadas casi al mismo ritmo que ha aumentado su reconocimiento por todo el mundo. Desde la pigmentación de sus primerizos trabajos, Kapoor ha avazado hasta desarrollar sus últimas y enigmáticas obras que exploran sobre las tensiones de la plástica.
Piezas de gran formato, colores intensos y ricas texturas resultado del empleo de materiales industriales, como el cemento, el acero, el aluminio, la cera, las resinas o los pigmentos. Todas creadas con el objetivo de provocar y generar sensaciones en quienes las observan. Y es que la búsqueda de la complicidad del espectador es una constante en Kapoor. Sin embargo, en ninguna obra es tan evidente como en sus esculturas de acero inoxidable pulido.
Esculturas cóncavas que alteran las ondas sonoras y crean efectos ópticos que desconciertan al que las observa.
Sus obras exploran la idea del vacío y distorsionan las formas. Se trata de un arte abstracto que manifiesta la exploración del autor sobre las tensiones complementarias entre opuestos: presencia-ausencia, materialidad-espiritualidad, densidad-vacío, etc.
Una obra que invita a entrar en su interior e ir más allá de la realidad.
publicado el 18 noviembre a las 23:05
GRACIAS POR LAS FOTOS ... PORFIN ACABARE MI TAREA DE MATEMATICAS