Revista Sociedad

Aniversario 15-M

Publicado el 14 mayo 2012 por Abel Ros

Aniversario 15-M

Foto de portada por: pasotraspaso

 

Después de un año ocultos en las trincheras del titular, los "perros flautas" de Aguirre han vuelto a sacar los dientes a las élites tóxicas del poder. El silencio de las plazas ha sido roto por el estruendo pacífico de millones de 'descamisados' descontentos con los telones que han marcado las pautas de sus funciones. Hoy más que ayer, el movimiento 15-M ha vuelto a la actualidad internacional para decir ¡basta ya! a unos políticos alienados por los hilos del neoliberalismo occidental. La crisis del capitalismo y las brechas sociales constituyen las pinceladas difusas de un conglomerado unido por la abstracción de su discurso.

Desde la Sociología nos preguntamos por los factores que determinan el efecto llamada de millones de españoles a tomar las calles de sus pueblos y ciudades. Los trazos difusos que marcan los círculos del grupo son las puertas abiertas que invitan al ciudadano a pisar sus aposentos. Es precisamente esta falta de limitación de sus fronteras discursivas la que otorga la estética de poder y la imagen mediática de la noticia. En el 15-M, en palabras de un indignado de Madrid, todos tienen cabida. Somos, decía este señor de la camiseta verde, un grupo de ciudadanos desencantados con el mundo. Esta expresión 'desencantados con el mundo' es la que otorga la cohesión a un cajón desastre llamado indignación.

El interés de los partidos para englobar en sus siglas a millones de 'camorristas y pendencieros' y la resistencia de éstos a colgar de sus cuellos la placa política que los identifique, forma parte de la dialéctica romántica que enciende y apaga la vela del movimiento. Es precisamente la heterogeneidad de sus mensajes y la contradicción ideológica de los mismos la que marca su rasgo distintivo de conglomerado desideologizado. Esta característica de imprecisión es la que impide al movimiento materializar sus propuestas por los cauces formales de la democracia.

La escenificación pública del descontento civil sin la concreción de canales políticos para llevar a cabo sus propuestas civiles, invita a los indignados a seguir paralizados en las aguas turbulentas de su teoría. A pesar de estar mejor organizados que el año pasado, el movimiento de Hessel debería tomar las riendas de la política mediante la elección de líderes sociales, que articulen discursos concretos para ser votados y materializados en leyes y reglamentos. Mientras no se bajen del caballo de la teoría, este movimiento de jinetes enfadados solamente conseguirá levantar el polvo que sacude las patas de sus caballos.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista