Las fechas son señaladas y Europa del Este ha sido siempre el lugar donde se encendió la mecha que terminó en las dos últimas guerras mundiales. La beligerancia de Putin coincidienco con el centésimo aniversario del primer gran conflicto, debería invitar aun más a la concordia y a la negociación pacífica que cualquier organización internacional en las que llevan años dormitando el sueño de la comodidad dinosaurios de la política local reconvertidos a inútiles bien remunerados.