Algunos lograron salir, otros fueron encarcelados o murieron en el intento. Ese fue el inicio de una ola de protestas, de movimientos sociales que acabaron por transformar el bloque socialista, hasta casi desaparecerlo. Entre los países que protestaron en contra de su sistema de gobierno, y en contra de la división, estuvo la República Democrática Alemana.
En 1989, bajo la presión del mundo, el gobierno aceptó la apertura de fronteras y el derrumbamiento del Muro. Después de varias décadas muchas personas volvieron a ver a su familia, y pudieron por fin, salir de un país que les cerraba la libertad de tránsito. El Muro cayó, sin embargo todo había cambiado.
El estado de división política finalizó el 3 de octubre de 1990 cuando la República Democrática Alemana se incorporó a la República Federal dejando así de existir cuatro décadas después de su fundación.