Revista Cultura y Ocio

Ann Verónica. H. G. Wells

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Ann Verónica. H. G. Wells
     “The art of ignoring is one of the accomplishments of every well-bred girl, so carefully instilled that at last she can even ignore her own thoughts and her own knowledge.” 
     Qué placer descubrir nuevos rumbos y títulos y qué placer añadido cuando el nuevo rumbo es de un autor conocido, consagrado. Hoy traigo a mi estantería virtual, Ann Veronica.
     Ann Veronica es una joven de veintiún años, rebelde y un tanto indecisa, que discute con su padre las restricciones propias de la época. En un momento en el que la mayor preocupación de una joven es que se la declaren adecuadamente, ella tiene una bronca tremenda porque quiere ir a una fiesta de disfraces. No es la primera bronca, pero es la definitiva, ya que la joven decide marcharse a Londres. Una vez allí, Ann Verónica, decididamente feminista, tiene que buscarse la vida, reconducir sus estudios, encontrarse con sufragistas y que le estorbe el amor. Además, por supuesto, de tener que pedir un préstamo con poca cabeza para seguir adelante.
     Siempre se habla de autores encasillados pero uno no se da cuenta de ello hasta que no encuentra un título que le descuadra tanto como a mi este. Se trata de una novela social de corte feminista y publicada en 1909 por uno de los nombres más famosos de la ciencia ficción.
     En este caso estamos ante una novela feminista publicada hace un siglo y escrita por un hombre que vivía, por supuesto, bajo los condicionamientos sociales del momento. De hecho la historia nace de un lío de faldas de Wells, y quizás por eso él es el protagonista  masculino de la historia que sale mejor parado y que tiene, como él tuvo, una amante feminista. Esto es importante porque la novela empieza con un tono que uno se toma por jocoso, casi satírico, y acaba derivando hacia la vivencia personal en la que la impetuosa feminista es una niña caprichosa a la que la vida le enseña lo feliz que es mientras le dicen eso de, ¡Oh, querida! ¡Qué feminista eres!
 
     Veronica se va por una discusión con su padre que hoy en día se nos antoja casi más un capricho adolescente que una convicción de la búsqueda de la libertad de género. Si acaso, como iremos descubriendo en otras decisiones de la chica, busca el interés propio y la decisión de ir a Londres obedece más a un proceso momentáneo de iluminación que a un plan trazado. Así lo vemos cuando se enfrenta a la vida sin papá, a la necesidad de un trabajo y a la búsqueda de una habitación. Aunque no lo vemos demasiado, ya que el autor termina olvidándose del dinero incluso debido, no vaya a ser que le estropee la novela. La joven, que sí es cierto que se une al movimiento sufragista, va y viene en ideales, y va incluso a la cárcel aunque sea por quitarse de en medio pero termina, como suele ser habitual en las novelas de esta época que se nos presentan fuertes y decididas, enamorada hasta la coronilla (del personaje este que os decía que es el alter ego del autor). Y la novela que ya iba siendo más vaivén caprichoso que alegato divertido, termina dejando en nada sus comienzos porque, como todo el mundo sabe, cuatro años después uno madura y ve la vida de otra manera.
     En aquél momento, hace más de un siglo, la novela fue algo reaccionario que los hombres no recibieron bien y las mujeres en cambio aplaudieron. Hoy ha sufrido un envejecimiento atroz, ya que la sociedad ha comprendido muchas cosas y le ha dado la seriedad correspondiente a las voces de muchas mujeres que tenían algo que decir. Resulta por tanto más curioso como experimento social de cómo veía un hombre a las mujeres que levantaban la voz, que como novela efectiva. Y es en este en el sentido que me ha gustado leerla, para descubrir en sus letras un cierto tono paternalista de gato que deja jugar a los gatitos sabiendo que cuando tengan hambre volverán a la cesta.
     Ann Veronica es una novela corta con un final precipitado que me ha dado a conocer un campo nuevo de un escritor consagrado de novela de ciencia ficción. Me ha gustado el experimento, infinitamente más que el libro.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.

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