Anna Gómez, tras el partido. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado / Vitoria
Puede que a Anna Gómez (Alfara del Patriarca, 1986) le faltase un poco más de fuerza para levantar una pelota que llegó muy forzada a canasta. Quizás con ese impulso extra, a la velocidad que iba, hubiese entrado y la base del Valencia Basket habría forzado la prórroga. O quizás el Uni Girona habría ganado igualmente la semifinal de la Copa de la Reina de Vitoria (52-49). Da igual. El caso es que Anna Gómez se dirige al banquillo para recoger su sudadera y, por el camino, todas sus compañeras la arropan. Se marcha al vestuario con la cabeza gacha y desolada. Un rato después, con mucha entereza, atiende a Cronómetro de Récords.
—Le habéis plantado cara hasta el final a la mejor plantilla del Uni Girona de su historia. Este equipo es increíble... Pensábamos que el Uni Girona daría un pasito más y hemos sido nosotras quienes hemos dado dos más. Casi forzamos la prórroga. —Quizás habría sido lo más justo. El baloncesto siempre es justo, aunque el Valencia Basket sí que se merecía esa segunda oportunidad. Nos hemos equivocado mucho, pero hemos defendido todas. Con esta actitud pocos equipos nos van a ganar. —Recuperas más pelotas (1,7) y repartes más asistencias (5,9) más que nunca y coges 6,5 rebotes, tu segunda mejor cifra de siempre. ¿Te sientes con más responsabilidad y el balón pasa más por tus manos que otros años?Quizás sí. Quizás el entrenador y el equipo me exigen eso, pero en el Valencia Basket cualquiera puede anotar. María Pina está a un nivel espectacular, tenemos a Meiya Tirera, a Tamara Abalde... Cada una sabemos qué tenemos que dar y jugamos en equipo. Ésa es nuestro principal virtud. Nos pasamos muy bien el balón. En este grupo no hay egoísmo, aunque a lo mejor sí que roles marcados. —En El Desmarque Ángel Fernández, entrenador del Al-Qázeres, aseguraba que tanto a ti como a Pina se os ve jugando muy cómodas. ¿Te sientes así?Sí, y creo que a Pina le sucede lo mismo. Eso es gracias a las compañeras, que me salvan el culo en todos los aspectos: cuando fallo un tiro, me equivoco en defensa... Ellas me hacen sentir cómoda y responsable. —¿Qué es para ti la responsabilidad?¡La responsabilidad es diversión! Cuando eso sucede, el equipo responde y te da el 100%. Sabía que la última era para mí. Le había preguntado a Rubén Burgos: "¿Qué hacemos?" . Me ha dicho que haríamos el bloqueo y continuación y que penetrara. Ha salido mal. Espero que la próxima vez suceda lo contrario. —No he entendido que hayáis apurado casi todo el tiempo que quedaba antes de cometer falta personal tras esa acción fallida. Tampoco sabría explicártelo. —¿Os habéis bloqueado? No. Quizás nos ha pillado bajando en defensa y no hemos visto a los entrenadores. Cuando me he percatado de que nos pedían que hiciéramos falta, he ido a buscarla. —En tu primera temporada en Liga Femenina coincidiste en el Puig d'en Valls con Silvia Morales y Arantxa Novo. ¿Qué aprediste de las dos?[Sonríe. Le brillan los ojos]. Arantxa Novo es espectacular. Me empapé de sus ganas de dar el 100%. Silvia Morales era una ganadora nata. —Tu primera experiencia en el extranjero fue un verano en el Obras argentino. La siguiente, un curso entero, en el Belfius Namur belga. ¿Cómo creciste en Bélgica?Siempre he visto el baloncesto como una forma de aprender y de crecer tanto personal como profesionalmente. Sabía que quería irme fuera, aprender otro idioma y empaparme de otra cultura y vi que era el momento de salir. Y así fue, aunque en el CB Bembibre estuviese muy a gusto y vivese una etapa excepcional. —No tardaste en volver a la Liga Día. El Gernika y la Eurocup eran una combinación perfecta para regresar. Cuando el Valencia Basket me ofreció este proyecto no lo dudé y quise volver a casa. —Para estar a 10 km de donde naciste, Alfara del Patriarca. [Se ríe]. ¿Vas mucho o vives allí?Vivo en casa. [Sonríe].