Anna Montañana: "Es imposible crear un equipo si no ha pasado y superado los momentos malos"

Cronómetro de Récords entrevista a la entrenadora del Gernika en la Copa de la Reina de Zaragoza

Anna Montañana, durante las semifinales de la Copa de la Reina de Zaragoza ante el Perfumerías Avenida. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Toni Delgado @ToniDelgadoG / ZaragozaSon sólo unos pocos segundos, por más que a Anna Montañana (València, 1980) le iría muy bien estar un rato más sentada en el banquillo con la mirada perdida digeriendo lo que acaba de suceder en la pista del Príncipe Felipe en las semifinales de la Copa de la Reina de Zaragoza, la derrota de su equipo, el Gernika, contra el Perfumerías Avenida (53-59). Los ritmos del periodismo no lo permiten. "Anna, a rueda de prensa", le comentan a la entrenadora valenciana del Gernika, que después atiende a Cronómetro de Récords. 

—Anna, no suelo empezar las entrevistas así, pero quiero enseñarte una foto... [Es el abrazo con Itziar Ariztimuño incluido en esta pieza]. ¿Qué sientes cuando ves y vives momentos así?Bueno... [Coge aire]. Hemos creado un equipo, a pesar y durante los muchos altibajos de estos siete meses. Hemos llegado hasta aquí con una ilusión y nos hemos quedado un poco cortas ante un equipazo como el Perfumerías Avenida. Me hubiera gustado darles una final a mis jugadoras y al club, la primera de Copa para un club de una ciudad tan pequeña, de 17.000 habitantes. Habría sido un sueño. Se gana o se pierde, pero siempre se aprende.  
—Sandra Ygueravide me aseguró que el equipo tiene tu carácter [se ríe], y tienes una pinta de sufridora... En la línea de banda sufres más que como jugadora, diría que es donde más se padece. Ellas me importan mucho y me esmero en que estén y puedan jugar bien, y, sobre todo, en que crezcan. Quienes dirigimos un equipo queremos crear un grupo que pueda competir a un nivel que no se esperaba alcanzar.  
—¿Se puede sufrir bien?No. [Nos reímos]. Todo el mundo te dice que disfrutes, y con la tensión y la competición se hace muy difícil gozar del momento porque estás sufriendo.  

La entrenadora del Gernika, pensativa. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—Has tenido algún problemilla con los gestos durante el partido... Soy expresiva, lo fui de jugadora, me intento contener, me lo advierten casi todos los partidos... Intento hablar con el colectivo arbitral, pero es muy difícil estar en la línea y a veces no saltar por algunas decisiones. No pasa nada: seguro que mejoraré con la experiencia. 
—¿Crees que los baches que habéis tenido durante toda la temporada, como la salidas y llegadas de jugadoras, y las lesiones, os han hecho creer más en la idea del equipo?Seguro. Lo difícil de todo eso es salir y que el equipo no se rompa.  Ha habido momentos en los que hemos tocado fondo, pero hemos revertido la situación. Así se construye un equipo, igual que sucede con las personas. Es imposible crear un equipo si no ha pasado y superado los momentos malos. 
—¿Tienes localizado ese momento más bajo y el otro en el que cambió todo?Sí. El peor, la derrota contra el IDK [CD Ibaeta] por 66-98, el 4 de febrero y en casa. Creo que cuando perdemos aquí en Zaragoza y regresamos a Maloste y superamos al Estudiantes empezó a cambiar la tendencia. 

Abrazo entre Itziar Ariztimuño y Anna Montañana. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—¿Qué les has dicho a las jugadoras? Todavía no he podido hablar con cada. Al equipo le he comentado que estoy muy orgullosa de ellas y que tenemos objetivos por delante.  
—Hace cinco minutos Sandra Ygueravide te decía algo al oído mientras os abrazabais... Estamos jodidas porque cuando tienes amor por tu equipo le quieres regalar más cosas. La final habría sido un gran regalo. 
—Un equipo se construye desde y a partir del amor.  Por supuesto.