Ilustración Joanna Woyda.-Edgar Allan Poe-Hace muchos, muchos años, en un reino junto al marhabitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee.Y crecía aquella flor sin pensar en nada másque en amar y ser amada, ser amada por mí.Éramos sólo dos niños más tan grande nuestro amorque los ángeles del cielo nos cogieron envidiapues no eran tan felices, ni siquiera la mitadcomo todo el mundo sabe, en aquel reino junto al mar.Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche,para helar el corazón de la hermosa Annabel Lee.Luego, vino a llevársela su noble parentelapara enterrarla en un sepulcro en aquel reino junto al mar.No luce la luna sin traérmela en sueños,ni brilla una estrella sin que vea sus ojos.Y así paso la noche acostado con ella,mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayoresque saben más, como dicen, de las cosas de la vida.Ni los ángeles del cielo ni los demonios del marsepararan jamás mi alma del alma de Annabel Lee.No luce la luna sin traérmela en sueños,ni brilla una estrella sin que vea sus ojos.Y así paso la noche acostado con ella,mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.En aquel sepulcro junto al mar,en su tumba junto al mar ruidoso.Hace muchos, muchos años, en un reino junto al marhabitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee.Y crecía aquella flor sin pensar en nada másque en amar y ser amada, ser amada por mí.