Este género, además, es uno de los que menos se ha visto afectado por el confinamiento, en cuanto a producción y realización de proyectos, ya que su propia dinámica de desarrollo ha permitido no experimentar demasiados obstáculos para seguir manteniendo los proyectos en marcha. La programación de Annecy 2020 se estructura en secciones competitivas de largometrajes y cortometrajes, también de proyectos VR, al margen de diversas secciones paralelas y encuentros entre profesionales, que se desarrollan a lo largo de estas dos semanas y que iremos comentando en las próximas jornadas. El acceso a la mayor parte de la programación del Festival es posible para el público en general, previa adquisición de la acreditación correspondiente, con la que es posible acceder a casi todo el contenido audiovisual de la plataforma online y Masterclasses que se celebran hasta el 30 de junio.
En la primera Jornada del festival hemos podido asistir a la conversación mantenida por el compositor francés de música de cine Bruno Coulais y el director norteamericano Henry Selick. Ambos han colaborado juntos algunos proyectos como la película de animación stop-motion Los mundos de Coraline (2009) y actualmente trabajan en la producción Wendell and Wild (2021) para Netflix, una comedia con tintes de historia de terror. Sobre la primera vez que Henry Selick decidió trabajar con Bruno Coulais, el director comenta: "Habitualmente usamos temp tracks de otras películas durante el desarrollo de un proyecto. Escuchas un tema que nos parece adecuado y lo colocamos en una secuencia, en nuestro caso sobre el storyboard. La música a veces es demasiado infantil, o demasiado tenebrosa, y no encaja del todo. Pero es una práctica habitual, así que suelo escuchar muchas bandas sonoras. Yo había oído tu trabajo para Nómadas del viento (Jacques Perrin, Jacques Cluzaud, Michel Debats, 2001) y también conocía Microcosmos (Claude Nuridsany, Mary Pérennou, 1996). En tu música está presente el espíritu de la infancia, que es al mismo tiempo bella y terrorífica. Es la fascinación por la vida real, pero también es dulce, emocionante y hermosa la forma en que utilizas los coros, por ejemplo. Así que pusimos un tema de Microcosmos (1996) con las imágenes y enseguida nos dimos cuenta de que eras el compositor adecuado para nuestra película".
Bruno Coulais
En la conversación también se mencionó el proyecto inacabado de Henry Selick The shadow king, una producción en la que primero entró Walt Disney Co. pero que finalmente fue cancelada. Henry Selick comenta: "Íbamos a trabajar juntos también en The shadow king, pero no pudo ser. Era, digamos, demasiado tenebrosa para la productora." Bruno Coulais: "Sí, me dio mucha pena porque creo que era una obra maestra". Henry Selick: "Teníamos una buena película. Los cinco primeros minutos de animación que habíamos completado eran fantásticos. ¿Qué pasó? Bueno, estas cosas pasan". Lo cierto es que Walt Disney Co. había contratado a Henry Selick para cuatro largometrajes, tras el éxito de James y el melocotón gigante (1996), y se especula que el proyecto, además de ser demasiado oscuro, comenzó a tener sobrecostes, y la compañía decidió cancelarlo tras haber gastado 50 millones de dólares. Henry Selick ha colaborado con diferentes músicos a lo largo de su carrera, pero solo ha encontrado un compositor con el que ha repetido. Danny Elfman en Pesadilla antes de Navidad (1993), Randy Newman en James y el melocotón gigante (1996) y Anne Dudley en Monkeybone (2001) han sido algunos de los compositores que han trabajado en sus películas. De su colaboración con el primero comenta: "Pesadilla antes de Navidad era una idea de Tim Burton, y él trabaja siempre con Danny Elfman. Como era un musical, empezamos la producción con un par de canciones. Pero me di cuenta desde el principio de que, si algo no me convencía en la parte musical, iba a ser difícil convencer a Danny. Una vez le sugerí que hiciera algunos cambios en una canción, y él me contestó: "No te preocupes, yo me encargo". Así que no fue una relación muy colaborativa".
Henry Selick
No tanto como lo es con Bruno Coulais, que participa en cada proyecto desde una fase muy temprana de la producción, algo que no es habitual: "Para mí trabajar en una película de animación es un proceso largo. Y quizás a ti como director te parece demasiado largo, pero para mí es lo ideal. Tienes la posibilidad de hacer experimentos, de encontrar sonidos. Y es genial tener suficiente tiempo. Es una construcción orgánica entre tu película y mi música". Durante la conversación, Bruno Coulais interpretó al piano algunos de sus temas para las películas de Henry Selick, entre ellos una composición para su último proyecto, Wendell and Wild (2021), una historia de humor y terror que el director compara con las películas en las que Abbot y Costello parodiaban las películas de terror: Abbot y Costello contra los fantasmas (Charles Barton, 1948) o Abbot y Costello contra el Dr. Jekyll y Mr. Hyde (Charles Lamont, 1953), y que cuenta con las voces del director Jordan Peele y el actor Keegan-Michael Key. Comenta Henry Selick: "Creo que va a ser una buena película. Es una comedia y al mismo tiempo es una tragedia y es fantasía. Es todo eso junto, y es una mezcla muy complicada". Sección Oficial de Largometrajes10 películas forman parte de la Sección Oficial de Annecy 2020, aunque las que hemos visto hasta el momento no son especialmente notables. De esta lista de largometrajes, tres de ellos no están disponibles online, posiblemente por restricciones de derechos, por lo que solo se ofrecen extractos. El resto de los films seleccionados los iremos comentando en nuestras crónicas. La producción rusa Ginger's tale (Konstantin Scherkin, 2020) es un cuento de hadas bastante tradicional que no resulta demasiado interesante. Utilizando animación 2D, la película se centra en una malvada reina que trata de conseguir un artefacto que la rejuvenece, y se enfrenta a Ginger, una chica que habita un pueblo cercano y que encuentra el codiciado tesoro. Es una producción rusa que utiliza las herramientas narrativas del cine de animación de Hollywood para tratar de ganar un público más internacional. Hay heroínas, canciones, personajes secundarios que incorporan el elemento humorístico... recursos que son ya habituales en el cine de animación industrial, y que utilizados con inteligencia dan como resultado productos destacables.
No es el caso. La película empieza ya directamente con una escena de acción que trata de hacernos participar en la trama desde el principio. Y a partir de ahí no hay casi ningún momento de respiro, como si el realizador pensara que acumulando escenas frenéticas y haciendo que los personajes griten, más que hablen, no va a perder la atención del espectador en los casi noventa minutos que dura. Pero el resultado es todo lo contrario, acaba siendo una película agotadora, con un desarrollo de personajes mínimo y con un trabajo técnico solo correcto. Jungle Beat (Sunrise Productions, 2003-) es una serie formada por episodios de 5 minutos que tiene como protagonistas a una serie de animales que habitan una jungla y que viven todo tipo de situaciones extrañas. Producida con animación digital, nació en 2003 como un cortometraje que de hecho participó en Annecy, y al cabo de los años ha mejorado su calidad técnica y ha desarrollado 52 capítulos divididos en 3 temporadas y algunos spin-off que se han emitido en más de 100 países (actualmente se puede ver en HBO España), lo cual es todo un logro para una productora de animación sudafricana.
Hay dos particularidades que hacen de Jungle Beat una serie diferente: por un lado, las situaciones absolutamente bizarras que se encuentran los personajes, con un sentido del humor que recupera en buena medida el tono de la animación tradicional de Bugs Bunny; por otro, no hay diálogos, lo que centra toda la atención en la acción. Ahora, la productora ha decidido dar un paso más allá creando Jungle Beat: The movie (Brent Dawes, 2020), asumiendo un riesgo que por otro lado parecía necesario: dar voz a los personajes. Porque un episodio de cinco minutos sin diálogos es asumible, pero una película de noventa minutos es más complicada. Así que por primera vez escuchamos a Monkey y Elephant, los personajes que protagonizan esta aventura. En este sentido, se trata de un salto cualitativo pero que al mismo tiempo los acerca más a las decenas de películas de animación con animales que han llegado a las pantallas. Por otro lado, lo que sí se mantiene es ese sentido del humor loco de los personajes, y las situaciones totalmente impredecibles. En la película, la incorporación de un extraterrestre a esta jungla se convierte en el elemento más transgresor y permite el desarrollo de una historia divertida que tiene buen ritmo. Sección Oficial CortometrajesEsta sección competitiva incluye una amplia selección de cortos que, por lo que hemos visto hasta el momento, están muy por encima en calidad a la sección dedicada a largometrajes. En competición de hecho encontramos algunos excelentes cortos que ya vimos en Vienna Shorts como Genius Loci (Adrien Merigeau, 2019), ganador del Premio al Mejor Cortometraje Animation Avantgarde, y en D'A Film Festival como Carne (Camila Kater, 2019). En Murder in the Cathedral (Matija Pisacic, Tvrtko Raspolic, 2020), los directores crean una aventura que parodia las historias del investigador Sherlock Holmes (el nombre de la protagonista, Gloria Scott, está sacado de un relato de Arthur Conan Doyle), e introduce numerosas referencias de la cultura literaria y musical inglesa, desde Jack el Destripador hasta The Beatles. Es un cortometraje hecho con buen ritmo y con un excelente diseño de personajes, que introduce temas como el sexo y la violencia.
Time o' the signs (Reinhold Bilder, 2019) es un cortometraje experimental que al mismo tiempo trata de documentar una sociedad que se desarrolla en bucle, una especie de futuro repetitivo en el que el individuo solo es una pieza más de una cadena industrial. Es un interesante trabajo del director austríaco, que vislumbra una sociedad pesimista. Kosmonaut (Kaspar Jancis, 2019), es el último trabajo de este director estonio que habla sobre la vejez a través de la fantasía de un anciano. Es una historia con grandes dosis de humor negro que tiene el estilo característico de la animación 2D del director, y un diseño de personajes muy logrado. Urban goat (Svetlana Razgulyaeva, 2020) cuenta la historia de una cabra que llega desde la ciudad a un pequeño pueblo de Siberia, y cómo su presencia de alguna manera altera el modo de vida de sus habitantes. Es una curiosa propuesta que habla de sentirse diferente en el lugar de origen. Por su parte, Something to remember (Niki Lindroth Von Bahr, 2019) es un cortometraje de la directora sueca de The burden (Niki Lindroth Von Bahr, 2017), que ganó el Premio al Mejor Corto en Annecy 2017. Como aquel, se trata de un musical que en su puesta en escena nos recuerda al cine de Roy Andersson, breves sketches en plano fijo que muestran un espacio en el que los personajes realizan una acción. Aquí se interpreta una canción de cuna que es al mismo tiempo hermosa pero que contiene un presagio de destrucción. Es un cuento cómico y tenebroso al mismo tiempo.
Something to remember (Lindroth Von Bahr, 2019)
Happiness (Andrey Shidkov, 2020) adapta una historia del escritor ruso Alexander Neverov, que cuenta los intentos frustrados de un hombre por alcanzar la felicidad a través de la acumulación de objetos. Es una visión pesimista que está mostrada con un trabajo de diseño artístico realmente sorprendente, como una visión bizarra y oscura del alma humana. También tiene de ensueño el aspecto visual de De passant (Pieter Coudyzer, 2020), obra del creador de novelas gráficas belga Pieter Coudyzer, cuyo diseño en los cortometrajes que ha dirigido hasta la fecha tiene una personalidad muy marcada. Aquí cuenta una anécdota sobre dos jóvenes cuyas vidas se entrecruzan en circunstancias muy diferentes, narrada a través de un largo plano secuencia, que resulta hipnótica. Mientras que en Moi, Barnabé (Jean-François Lévesque, 2020) nos introduce en los demonios interiores de un párroco alcohólico que se enfrenta a la representación de un gallo que solo está en su imaginación. Con técnica de animación a través de marionetas en stop-motion (al estilo de las producciones de Aardman Animation), es una divertida y al mismo tiempo trágica historia que habla de la soledad y la pérdida de la fe.
De passant (Pieter Coudyzer, 2020)