Revista Cine

Annette; Descenso a los infiernos

Publicado el 23 agosto 2021 por La Henryteca @LaHenryteca
Por Victor Fernández.
Que Leos Carax es uno de los cineastas contemporáneos más importantes que existen ya lo confirmó plenamente su anterior obra Holy Motors (2012). Aquella sorprendente y desconcertante película sobre los laberintos de la propia narración y la imagen, en un esplendor autoral que le permitió lanzarse de lleno a la experimentación casi inescrutable, deja paso ahora a un regreso más nítido a la narración convencional, con sus líneas argumentales clásicas, pero con un espíritu muy parecido de rupturismo y búsqueda de la imagen contemporánea.
Annette; Descenso a los infiernosAnnete comienza con una voz profunda que nos invita a entrar en la película. Un espectáculo en el que se nos prohíbe siquiera respirar y, por ello, la voz nos invita a coger un último aliento antes de introducirnos en ella. A continuación, el equipo de la película (Leos Carax como primer rostro, como ya ocurría en el espectacular inicio de Holy Motors donde el cineasta se introducía en una sala de cine, presentándose como narrador de la obra) da pie al primer número musical de la cinta donde los hermanos Mael, integrantes del grupo musical Sparks, guionistas y compositores de Annette, van presentando a los personajes antes de dejarlos sueltos en su mundo ficticio.
Annette; Descenso a los infiernos
Este inicio rompedor da ya buena cuenta de la reflexión sobre el mundo del espectáculo y la fama que pretende narrar la nueva cinta de Carax. Además, este mundo, en su mayoría noctámbulo, se abre con una especie de distorsión de radio frecuencia que da sentido a lo fragmentario y magnético de la propuesta: una ópera rock trágica que bordea siempre el estado alucinatorio que viven sus personajes.
Annette comienza introduciéndonos en un mundo de escenarios, donde Henry es un monologuista cómico de humor incisivo, y Ann una cantante de ópera de renombre internacional. Con dos imágenes extremadamente diferentes de cara al público (Henry es la noche del submundo, de la comedia al límite, de los camerinos oscuros, y Ann la claridad y lujo del alto standing), se convierten en el centro de todas las miradas al formar una pareja feliz rodeada de glamour. El nacimiento de su primogénita, Annette, una niña misteriosa con un destino excepcional, les cambiará la vida.
Annette; Descenso a los infiernos
Con una energía arrolladora, dando buena cuenta del exceso que suele caracterizar a Carax, Annette se desarrolla en su primer tramo a través de un largo número musical en el que Henry deja patente su amor hacia Ann, pero también la oscuridad que yace en su interior y que le empieza a rebosar al no comprender bien ese nuevo sentimiento amoroso antes jamás experimentado. Henry es un mujeriego, algo alcohólico, con un humor que raya lo dañino. Una imagen un poco típica del humorista amargado...
No cabe duda que Annette utiliza ciertos estereotipos, también el de la cantante de ópera delicada y luminosa, para marcar los objetivos de sus personajes. Estamos ante una tragedia clásica y, por lo tanto, los protagonistas tienen sus arquetipos muy definidos. A partir de ello, le da la vuelta a todo lo demás construyendo una narrativa que sigue las actitudes de Henry, todo un vaivén emocional que nos permite apreciar el descenso a los infiernos de una persona ahogada por la fama y los focos.
Annette; Descenso a los infiernos
El difícil papel que en este caso tiene Adam Driver -cantando, gritando, con mucho esfuerzo físico, emocional, oscuro...- termina por definir a uno de los grandes intérpretes vivos del momento. Un descomunal viaje a las entrañas, guiado por un entorno a medio camino entre lo luminoso y lo pesadillesco. Todo coronado por la imagen superficial que destruye las vidas internas. Henry y Ann viven de su imagen pública (reflejada aquí en esas feistas introducciones noticiarias de pura fachada que nos van informando de sus problemas, sus viajes, sus logros...) y por ello su amor real está destinado al fracaso.
Fruto de ese amor no correspondido nace Annette, un ser que no parece de este mundo, o que al menos está hechizado por el devenir de sus padres. La cinta de Carax no deja de ser un drama familiar sobre la desestructuración y los conflictos internos. Sobre el pecado y la culpa. Sobre la apariencia externa y los demonios internos. También los fantasmas compartidos y las ambiciones desnortadas.
Annette; Descenso a los infiernos
Lo bueno de Annette es que, a pesar de sus frenazos y acelerones a lo largo de toda la cinta, y de sus más de dos horas de duración un poco excesivas, nunca deja de sorprender a cada paso. De proponer nuevos caminos a eso llamado cine. Algo que Carax nos tiene acostumbrados desde sus inicios y que, aun siendo más claramente narrativo como en esta cinta ocurre, siempre tiene su sello desafiante. Su intensa mirada al lado oscuro de la masculinidad tóxica acaba desembocando en un musical tan arriesgado como impactante.
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    • ##check## Lo bueno
      • Su exuberante excentricismo.
        El cine de Carax sobrepasa la pantalla y se muestra radical, a la vez que trágico y narrativo.
        Su grandísima banda sonora y la descomunal interpretación de Adam Driver.
    • ##times## Lo malo
      • Que no entres en las propuestas de Carax.
        Que tanta ambición o ganas de impactar te irriten como espectador.
        Es un cine de extremos.

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    • Ambientación 8.5
      • Artificiosa y llena de imaginario ensoñador. Es perfecta para el musical oscuro y trágico, a la vez que romántico y enérgico, que supone la cinta.
    • Desarrollo de Personajes 7.5
      • Un gran desarrollo, sobre todo del personaje principal de Henry. Su bajada a los infiernos está narrada con fuerza, aunque sin salir de unos parámetros más o menos conocidos. Las interpretaciones elevan aún más ese buen desarrollo interno que tienen.
    • Argumento / Guión 7.0
      • Mucho más narrativo de lo que uno podría esperarse, pero con una originalidad musical que rompe esquemas. Es un musical sorprendente que, aun siguiendo ciertas bases, consigue sostenerse bien.
    • Banda Sonora 9.0
      • Espectacular. Las canciones de Sparks son la mitad de la película. Una arrolladora banda sonora que eleva al espectador más allá de sus butacas.
    • Entretenimiento 7.0
      • A pesar de superar unas dos horas no del todo necesarias, la película tiene algún momento de desinflarse en su núcleo, la cinta nunca aburre y te sumerge bien en su tragedia musical.
    • Montaje / Innovación técnica 8.0
      • Leos Carax siempre sorprende innovando, no tanto en el aspecto técnico, como en el aspecto visual y narrativo. Siempre fuera de lo común, excesivo, pero coherente, desconcertante, pero adictivo. Además, el montaje aquí brilla en un equilibrio inteligente entre acelerones y paradas, al igual que las emociones del protagonista.
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    • Puntuación Total  8 / 10
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Fuente Imágenes: Elastica Films / Filmin


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