Imagen: Fotograma de la película “Bram Stoker’s Drácula”.
En pleno auge del fenómeno vampírico no está mal recordar que se trata de un advenimiento cíclico, que resucita, nunca mejor dicho, al genial personaje de Bram Stoker o a cualquiera de su séquito cada ciertos años.
A principios de los noventa, Gary Oldman era Drácula, y esta perfecta canción de amor, con su ritmo lento, oscuro y arrastrado, en la magnífica voz de Annie Lennox, su brillante acompañamiento.
En esta “noche de alcoba” cuando la velada se empiece a caldear, apaga las lámparas, deja que las velas sean la única fuente de luz visible, pon esta canción y susurra su nombre muy cerca de la yugular de tu pareja…
… ¡El embrujo será perfecto!… ¡Que paséis una buena noche de alcoba con esta canción!.
Ven hacia estos brazos otra vez y deja caer tu cuerpo.
El ritmo de este corazón tembloroso está latiendo como un tambor.
Late por ti, sangra por ti y no sabes como suena.
Porque es el tambor de los tambores, es la canción de las canciones.
Una vez tuve una rara rosa que nunca se consideró en florecer.
El cruel invierno congeló su capullo y robó mi flor demasiado pronto.
Oh! soledad, oh! desesperación, por buscar en los confines del tiempo.
Porque no hay en todo el mundo un amor más grande que el mío.
Amor, oh! amor, todavía cae la lluvia.
Amor, oh! amor, todavía cae la noche.
Amor, oh! amor, condenado por siempre.
Déjame ser el único que te proteja del frío.
Ahora el suelo del cielo está tendido, las estrellas son brillantes como el oro.
Brillan por ti, brillan por ti, se queman a pesar de que las ves.
Ven hacia estos brazos otra vez y pon a este espíritu en libertad.
Traducción: songstraducidas.
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