Annus horribilis para los Populares

Al menos los analistas así lo señalan. Apuntan estos que 2010 será un duro año para el Partido Popular, acosado por los casos de corrupción de los que debe dar cuenta ante los Tribunales.
Me han contado que la señora Cospedal, anda preguntándo a los unos, no a los otros, porqué pasa esto a los políticos de su partido.
Si la señora Cospedal releyera, en caso de que anteriormente lo hubiera hecho, a los clásicos, sabría que Giordano Bruno ya a mediados del siglo XVI pensaba que "lo último corrompido, es el principio de lo engendrado".
El Partido Popular tendrá que hacer frente, en 2010, a numerosos casos pendientes con la justicia por el tema de la corrupción. Que nadie se precipite, unos porque se alarmen, otros porque se alegren, porque ya sabemos cuánto influyen estos temas en el sentido del voto de los ciudadanos, de algunos ciudadanos.
En este momento de mi pensamiento no me valen, creo que nunca lo hacen, las dos muletillas típicas de autodefensa: "Y tú más" y "Todos los políticos son iguales". No rotundamente. Ni estamos hablando del otro. Ni la generalización es sostenible intelectualmente.
Siguiendo el razonamiento de Giordano Bruno, que en lengua castiza significaría "aquellos polvos dejaron estos lodos", en este caso el término "polvos" no entraña un significado sexual, las cosas pasan porque hay una causa primera que las provoca.
En los casos de corrupción, que a continuación pasaré a enumerar, la causa que los ha engendrado es simple y llanamente: "indecencia política". Avaricia, abuso, malversación... serían términos asociados a aquella.
Los casos ya para todos son bien conocidos:
Caso Gürtel
Caso Fabra
Caso Jaume Matas
por destacar tan solo alguno de los más sonados y que tienen causa abierta con la justicia. Todos ellos los pueden ustedes repasar en un artículo muy extenso, publicado ayer por el diario Público, "La corrupción augura al PP un año de calvario judicial"
Pero yo considero que la indecencia es doble. Lo es por los casos en sí y lo es por la respuesta de los dirigentes populares. El señor Rajoy y sus adlateres no hacen ningun acto de contricción. Atacan, mientan e intentan manipular a los medios y a las instituciones que intervienen en dichos casos.
Eso en democracia tiene también el mismo nombre: Indecencia política.
Mientras, el señor Rajoy, en un alarde de hipocresía y de malhacer en política, se pasea por las filas del Inem, buscándo rédito político. Por supuesto sin ninguna idea de cómo salir de la crisis. Tan solo: privatizar, privatizar, privatizar.
No se si hay remedio para tanto alucine.