Revista Coaching

Año 8 después de GTD®

Por Jofoba @jordifortunybad

Hace unos días, al terminar una de las formaciones en GTD®, me preguntaron sobre si había calculado el incremento de mi productividad desde que uso la metodología.

Contesté que no lo sabía, que no lo había cuantificado. Pero lo más significativo es que no lo he cuantificado, porque no me acuerdo de cómo era mi vida antes de GTD®, y por tanto no tengo base donde medir. Tengo recuerdos acerca de la constante sensación de tener los frentes descontrolados y el estrés que esto me provocaba, pero, sinceramente, no me acuerdo de cómo lo gestionaba. Por ejemplo, no me acuerdo de cual era mi relación con el email hace 8 años, o como me enfrentaba a esos proyectos estratégicos que cuestan tanto de llevar a cabo. U otras cosas tan simples, como qué estrategia seguía para acordarme de los recados que tenía pendientes.

La verdad es que, para mi, cuantificarlo tampoco es importante. Ya que no se trata de hacer más, sino hacer mejor. Aunque, ciertamente, el hacer más también llega. Ni que no haya logrado cuantificarlo exactamente

🙂

En lo que me quería centrar en este post, es precisamente en este «me he olvidado», alguna vez ya había tenido algún pensamiento fugaz acerca de ¿cómo hacía yo esto «antes»? Pero con la pregunta que me hicieron, me obligué a la reflexión.

Quizá no sea capaz de cuantificar exactamente a nivel de «outputs», pero sí que me atrevo a enumerar las tres mejoras que a mi me parecen más significativas en estos años que llevo evolucionando mi efectividad. Advierto que es una selección entre una larga lista de cosas, y muy subjetiva.  

  1. No depender de la memoria. Es tremendamente liberador. El «runrún» en mi cabeza ha disminuido significativamente. Inventariar todos los «frentes abiertos» es un gran descanso. Recuerda el Sólo te puedes sentir bien con lo que no haces, cuando sabes qué es lo que no haces” de David Allen
  2. El proceso para «aterrizar» proyectos y avanzar en ellos. Concretar claramente el resultado que quiero conseguir y determinar la siguiente acción, y centrarse en ella, no en sobre-planificar. Es una manera muy efectiva de enfrentarte a todo lo que te salga y lograr resultados. Realmente ha sido un cambio muy significativo en mi manera de pensar, y aplicable en muchos aspectos, por ejemplo en el momento en que determinadas reuniones empiezan a divagar… ¿que queremos conseguir? ¿cúal es la siguiente acción?
  3. Tratar por igual y en un mismo sistema mi vida profesional y personal. Esto ha resultado en que lo segundo adquiera más relevancia de la que tenía. Lo profesional tiende a «comerse» lo personal. ¿No se merecen la misma atención y los mismos recursos mis proyectos personales?

Desarrollar la competencia de la efectividad es un camino, un cambio y/o adquisición de hábitos. Es un cambio progresivo en el que vas modificando la manera en la que haces determinadas cosas.

Primero cuesta, pero con el paso del tiempo se convierte en un automatismo. Supongo que es por eso, que como lo hago inconscientemente, de manera natural, ya no me acuerdo de como lo hacía antes, aunque sin duda, puedo afirmar que estoy mucho mejor ahora, que el año 1 antes de GTD®.

Photo by Phil Goodwin on Unsplash


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