En mi experiencia me he encontrado con prácticas que, en lugar de contribuir y acercar a las personas y a las organizaciones a la excelencia que buscan; las desvían, entorpecen y alejan de ella.
En el libro Equilibrios de Excelencia; establezco como extremos limitantes de alcanzar dicha excelencia el pensamiento excesivo y la ejecución absoluta. A continuación el modelo del Equilibrio entre Pensar y Ejecutar y los beneficios de lograrlo:
Lograr el equilibrio entre Pensar y Ejecutar, conlleva a beneficios por demás sobresalientes y que, sin lugar a dudas, se convierte en la fórmula para transitar el camino hacia la excelencia personal, profesional y organizacional:
· Permite la planeación objetiva y práctica.
· Evita el exceso de planes y la falta de acciones.
· Los planes se ejecutan, se miden y se establecen correcciones para la mejora.
· Los indicadores son guías para la acción.
· Se evita el perfeccionismo; pero se atienden los detalles, aspectos que son la esencia de la calidad.
· Se encuentra el equilibrio entre el “Micro y el Macro Management”; es decir: “Se atienden los árboles, sin perder de vista el bosque”.
· Comprensión de la importancia de la capacitación, en todas sus variantes, para desarrollar nuevas habilidades y ser más competente y productivo.
· Se logra la “Productividad Personal”, al manejar las actividades de manera efectiva, estableciendo prioridades y aplicando el principio de Covey: “Primero lo Primero”.
· La prevención y la preparación para hacer frente a las contingencias, disminuyen el estrés generado por los imprevistos.
· Se evita-disminuye-elimina el síndrome del “bombero” o “apaga fuegos”, en el que se vive de urgencia en urgencia.
· Permite el aprendizaje organizacional: se comparten las experiencias positivas y negativas, identificando los aspectos críticos que influyeron en el resultado.
· Se documentan los procedimientos con el fin de facilitar el aprendizaje de los nuevos elementos de la organización; así como fuentes o referencias para asegurar la repetición y consistencia de las actividades.
Ahora que se acerca el nuevo año, detente un momento y reflexiona: ¿Estás en equilibrio entre el Pensar y Ejecutar? ¿Tu organización está equilibrada en este sentido?