Revista Cultura y Ocio

Año Wagner (1) - TRANSFORMACIÓN (maac-chorrada 3/2013)

Publicado el 29 enero 2013 por Maac @Elblogdemaac

Año Wagner (1) - TRANSFORMACIÓN (maac-chorrada 3/2013)

Agujero negro.

 
Du siehst, mein Sohn, zum Raum wird hier die Zeit ¿Lo ves, hijo mío?, aquí el espacio nace del tiempo.
Recuerdo que las primeras veces que me aproximaba a Parsifal (debo decir que desde el primer momento me entró muy bien, sobre todo en lo orquestal, convirtiéndose pronto en una de mis, ustedes me perdonen por osar llamarla así, óperas favoritas) me detenía en la frase de Gurnemanz citada arriba y ésta  me producía una especie de desasosiego, comenzaba a leerla una y otra vez, de atrás para delante y de delante hacia atrás hasta que me cansaba porque no lograba entender nada. ¿Qué querría decir eso de que el espacio nace del tiempo cuando espacio, que tiene tres dimensiones, y tiempo , una única dimensión, parecen, si no antagónicos, totalmente distintos? Era como mezclar la velocidad con el tocino. Al final optaba por el camino del medio, me decía: "no entiendo nada de este maldito Parsifal pero hay que ver qué música más maravillosa, ahora cuando llegue al acto de Kundry, con su apariencia de cuento fantástico, todo será más llevadero para mi pobre y torpe cerebro". Cuando, en el segundo acto, llegaba al intento de seducción de las doncellas, a veces, volvía a recordar la frasecita, el espacio nace del tiempo, y era como si se me bajara todo, menos mal que, al aparecer Kundry, era como si todo volviera a subir . Y bueno, pasaron los años, logré asentar, de alguna manera, las ideas de Parsifal en mi cabeza pero al mobiliario espacio-temporal no había manera de encontrale acomodo. Así que, este año, aprovechando que es el Año Wagner, voy a intentar profundizar un poco en esta idea y si tengo que aplicarme con Schopenhauer, lo haré. Es un propósito, igual vale la pena. Prometo mantenerles informados a su debido tiempo. Lo bueno, y también lo malo, que tiene Verdi es que, con él, estas cosas no te las planteas, o lo tomas o lo dejas. Yo lo tomo hasta llegar al máximo grado de embriaguez, pero a Wagner no lo dejo, más o menos inteligible, también forma parte de mi vicio. Y ya se sabe que las conquistas, cuanto más duras han sido, más gusta saborearlas. Me voy a dormir la mona, pero antes dejemos un momento para la Transformación y el delirio.


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