Anoche fue la fiesta Open Blondie 2013 en el Club Hípico. Primera vez que voy a este evento (anual).
El plato principal del show era Javiera Mena, además de las distintas pistas de bailes (que van desde k-pop hasta música gótica o como-ellos-le-llamen-a-esa-¿música?). La supuesta apertura de puertas era a las 20:30 horas, pero no se dio así: a las 22:30 aún no las abrían.
Fuimos a la casa del Pato (amigo de la Pau y de la Vania) a previar (con ellas). Estuvimos ahí hasta cerca de las 23 horas. Llegamos al metro para justo tomar el último tren. Fue una experiencia extrema (considerando mi niño-buenez) pasar por debajo del torniquete (con permiso del guardia -.-) para llegar. Tomamos una micro en Metro ULA y llegamos en menos de cinco minutos.
En el lugar había mucha gente. La música estaba buenísima en las pistas Skins y Pop (¿así se llamaba la que tuvo a Mena?). Se supone que Javiera saldría a tocar a las 23 horas, pero lo hizo como a la 1:45 de la madrugada. Su show, como siempre, impecable; el público eufórico y sufriendo las canciones; la iluminación no acompañó mucho a las fotos (definitivamente debo llevar la cámara semi-profesional para este tipo de cosas); y ella muymuymuy bella.
Cuando Mena terminó, bailamos, dimos unas vueltas, y una amiga de la Pau se cayó y esguinzó el pie. Fueron momentos un poco agitados los que se dieron durante la búsqueda de la ambulancia: nos mandaban de un extremo a otro. La fueron a buscar, menos mal.
Había gente de todo tipo, nunca había visto tal variedad de estilos/gustos/personas a la vez, ni disfraces tan buenos: desde un Sim hasta Hitler, y gente que intentaba ser Marilyn Manson (?). Muchos estaban bastante decentes (if you know what I mean), y otros daban un poquito de vergüenza (sorry not sorry). Bailamos mucho: Selena Gomez, Rihanna, Lady Gaga, Die Antwoord, y muchos otros.
Un punto en contra es que no hubo guardarropía (o no la vimos).
El regreso, al departamento del Pato (que no era el plan inicial), fue complicado: los taxis cobraban 15 mil pesos hasta Providencia, por un trayecto que con taxímetro saldría algo más de 5 mil. Finalmente, luego de esperar mucho rato y de ver a un tipo ebrio quebrar botellas lanzándolas a la calle, tomamos un taxi hasta Metro Moneda, que nos cobró 7 mil pesos (por un trayecto que no habría salido más de 2 mil), y que no puso taxímetro cuando el Pato le preguntó por su funcionamiento. Una vez en Metro Moneda/Alameda tuvimos que esperar demasiado por un taxi: ninguno paraba, quizás pensaban que los íbamos a asaltar, pero vimos pasar un grupo de tipos que parecían the-real-delincuentes, y justo un taxi se detuvo cuando pensábamos que nos asaltarían; éste último nos cobró 4 mil pesos hasta el edificio del Pato, CUATRO MIL PESOS POR UN TRAYECTO EL TRIPLE DE LARGO QUE EL QUE HAY DESDE EL CLUB HÍPICO HASTA MONEDA. Llegamos casi a las 6:30 de la mañana (plus: el metro abriría a las 8 porque es feriado, no era una alternativa) y dormimos. Despertamos casi a las 11 y desayunamos, con waffles incluídos.
Si algún taxista lee esto: no se aproveche de la gente, no sea maricón.
No he estudiado, no he terminado de leer, no quiero hacer más :(