Revista Opinión

Anónimos

Publicado el 28 abril 2010 por Fragmentario

1. adj. Dicho de una obra o de un escrito: Que no lleva el nombre de su autor. U. t. c. s.

El anonimato es un tema complejo. De hecho, el debate se reedita cada cierto tiempo cuando un blog prohíbe (o permite) las identidades anónimas. Los que no somos anónimos sentimos, en el fondo, que tenemos una desventaja: somos responsables plenamente (e incluso penalmente, para encajar un anagrama) de cada cosa que decimos, hacemos o decimos que hacemos. Contra lo que supone Clarín, la blogósfera es más seudónima que anónima: la mayoría de los autores ofrecen enlaces sociales que revelan qué personas son las que escriben los artículos.

2. adj. Dicho de un autor: Cuyo nombre se desconoce. U. t. c. s. m.

¿Y qué pasa con los seudónimos sin identidad asociada? Creo que tienen derecho a expresarse en las condiciones que eligieron. Argumentarán cuestiones de seguridad, libertad o hasta de estilo. Enfrentarán, en algún momento, la renovada falacia ad nonimem: sus ideas no serán reconocidas porque su autor no es posible de ser reconocido. En general las impugnaciones vendrán de generaciones anteriores. Los jóvenes 2.0 ni siquiera se plantean el anonimato como un problema de legitimidad.

3. adj. Com. Dicho de una compañía o de una sociedad: Que se forma por acciones, con responsabilidad circunscrita al capital que estas representan.

Los grupos econónimos que llamamos medios de comunicación recurren desde que nacieron a las editoriales y artículos escritos desde el anonimato. También son anónimos sus accionistas, y por ende, la sociedad que representan. Anónimas son sus fuentes de información y desinformación.

4. m. Carta o papel sin firma en que, por lo común, se dice algo ofensivo o desagradable.

Los afiches con fotografías de periodistas de TN son absolutamente repudiables, y más por su anonimato que por su contenido (inadecuado, por otra parte, si consideramos que muchos de los imputados son los más moderados frente al gobierno). Las Madres también hicieron su propio afiche y realizarán su propio juicio ético y político al periodismo colaboracionista. ¿Cuál es la diferencia? Pusieron su firma, y con ella, toda la legitimidad que les dan años de luchas y de ideas.

5. m. Secreto del autor que oculta su nombre. Conservar el anónimo.

Uno no debe atreverse a exponer la cara de otro si no pone primero la suya es la máxima que rige la comunicación visual, donde no se toleran las lógicas de internet. ¿Tal vez porque un afiche es un objeto físico y las páginas son virtualidad? No lo sé, pero hay toneladas de peso simbólico de diferencia entre un escrache web y uno en la pared. Es probable que los mensajes en papel, graffitis y carteles se consideren violentos porque son parte de la modernidad, mientras que la nube es básicamente posmoderna, y por ende, de identidades disolutas. Esta es mi tesis, y puede parecer contradictoria, pero sostengo que conservar el anónimo es un privilegio de los comentaristas de blogs y un recurso de escritura literaria que, cuando choca con las paredes, se desarma.


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