
Anora prefiere que la llamen Ani, aunque su nombre es precioso y su significado también. Su vida transcurre en el statu quo que la ha llevado a ser scort en un night club. Allí se expone con toda su belleza y profesionalismo para ser sexy y excitante para sus clientes. Ella tiene una actitud amable y al parecer, trata de pasarla lo mejor posible.
Su origen la lleva a ser acompañante de un joven ruso llamado Vanya (Mark Eydelshteyn), hijo de una familia millonaria y quien con su ambiguo deseo y preferencia rompe el mundo "seguro" de Anora y la lleva a un viaje sin retorno, doloroso y mágico en el que la puta pasa a ser la princesa. Tentador ¿verdad? Ani entonces sueña ahora con una vida mejor pero... Los sueños sueños son.
Lo que sucede entonces es una road movie de un corto viaje de una noche hacia el día y nuestra protagonista ya no será igual. Su mundo se cruza con los que sirven a los poderosos y todo lo que ella implica todo matizado con un humor negro que logra sacarnos como espectadores risas genuinas en esta trágica historia de ¿amor fugaz?
Lo claro es que el director Sean Baker hace de esta inolvidable película una joya en la que una casi desconocida actriz Mikey Madison construye uno de los más bellos y retadores retratos femeninos del cine actual, acompañada de un gran reparto en el que cada uno hace lo suyo articulando una aventura tragicómica que se deja ver de un tirón.
Para resaltar también el inesperado personaje secundario llamado Igor (Yura Borisov) que se crece a medida que avanza el metraje. Humano demasiado humano.
