El 12 de febrero de 2002 en rueda de prensa, el entonces Secretario de Defensa de los Estados Unidos Donald Rumsfeld, explicando las limitaciones de los reportes de inteligencia de su país, expresó: "Hay cosas que sabemos que sabemos. También sabemos que hay cosas que no sabemos. Pero también hay cosas que no sabemos que no sabemos." La lógica de esta frase puede verse como un trabalenguas, sin embargo su epistemología es sólida y puede aplicarse al tema de la biodiversidad.
¿Qué es lo que sabemos que sabemos sobre la biodiversidad?
Sabemos que es la variedad y variabilidad de los seres vivos y de los ecosistemas que ellos integran. Que se originó hace unos 3500 millones de años, cuando una molécula compleja adquirió la capacidad de reproducirse y también de "equivocarse" (evolución) en esas repetidas reproducciones.
Sabemos que el Homo sapiens apareció en la escena evolutiva recién hace unos 200.000 años y que forma parte de la biodiversidad.
Sabemos que actualmente conocemos científicamente unos 2 millones de especies.
Sabemos que estamos asistiendo a la sexta extinción masiva de especies y que la quinta fue hace unos 65 millones de años y se llevó con ella a los dinosaurios. Que esta sexta extinción masiva se lleva a cabo a una velocidad superior a las anteriores y que podría acabar con la mitad de las especies para fines del siglo XXI.
Sabemos también que esta extinción no se debe a ningún fenómeno geológico, sino a la actividad humana que causa la pérdida de hábitats, la sobreexplotación de los recursos vivientes, la contaminación, el cambio climático y el traslado de especies de un lugar a otro. Sabemos que estas causas tienen sus raíces en el crecimiento de la población, en las políticas y sistemas jurídicos que no valoran la biodiversidad y en la injusticia social. Sabemos que los bienes y servicios que la biodiversidad proporciona son vitales para el bienestar y el desarrollo económico y social de la humanidad. Entre esa multitud de bienes y beneficios están los alimentos, el agua limpia, la madera, los medicamentos de origen natural, la purificación del aire, la formación del suelo, la polinización de los cultivos, los combustibles y los beneficios recreativos, culturales y espirituales. ¿Qué es lo que sabemos que no sabemos? Se calcula que no menos de 8 millones de especies no han sido todavía descubiertas por la ciencia, lo que pone a nuestro actual conocimiento sobre la biodiversidad en sólo un 20 % del total. No sabemos cuántas de estas especies, aún no conocidas por la ciencia, se extinguen a consecuencia de la actividad humana. No sabemos cuáles de esas especies pueden, al extinguirse, llevarse con ellas la cura de una enfermedad hasta ahora incurable, o cuáles de ellas son los eslabones fundamentales de ecosistemas que sostienen la vida humana sobre nuestro planeta. ¿Qué es lo que no sabemos que no sabemos? Desde luego, no tenemos respuesta a esta pregunta. Pero sí podemos aventurar que sin un compromiso político que combata las causas de la extinción masiva de especies, sin una educación que valore la biodiversidad, sin ciencia básica que destine sus esfuerzos a conocer las especies aún no conocidas, sin creatividad e imaginación para enfrentar el problema, seguiremos en la ignorancia de no saber lo que no sabemos. La vida, como tal, puede superar la sexta extinción masiva, la humanidad no está en condiciones de hacerlo. Fuente: lanacion.com.ar