En la vida hay cosas buenas y malas, supongo, claro, eh, no sé, porque yo buenas puedo contarlas con una mano y me sobran dedos… Pero quiero pensar con optimismo. Hay un punto en la cadena en el que te das cuenta de que eres prescindible. Tú no quieres admitirlo tampoco: Si no, qué? Pero lo eres, a decir verdad todos somos prescindibles, pero no puedo evitar pensar qué pasaría si hubiese vivido en otro lugar, o en otro universo, o si mi vida se hubiese desarrollado de otra manera bien distinta. Tal vez ya lo sepa, o tal vez nunca lo sabré. De todas formas, tengo la sensación de que en un punto, tal vez, necesitemos ayuda, o al menos gritar. Ante la duda EXCLAMA! Decía yo hace unos meses, y es justo eso: Ante la duda exclama, GRITA! Antes no gritaba porque pensaba que la gente me tacharía de loca. Ahora exclamo y grito, y no hay nadie al otro lado para gritarme que estoy loca y que pare de chillar. A decir verdad, no sé cuál de las posiciones es más triste.