Parece que la cirugía de catarata se desarrolló hace unos 3000 años en la India por un médico llamado Susruta. En una operación conocida como “reclinación”, puncionaba la córnea con un cuchillo especial con punta de bola. Después empujaba el cristalino con catarata hacia atrás de modo que entrara en el humor vítreo, fuera de la línea de visión del paciente.
La operación se hacía sin anestesia, sentándose el especialista frente al paciente. La maniobra llevaba menos de un minuto y los resultados instantáneos eran impresionantes ya que el paciente pasaba de la ceguera a la vista útil.
El operador cobraba sus honorarios y se iba del lugar mientras el paciente estaba complacido, pues generalmente la satisfacción era de poca duración. Si el cristalino no se introducía en el vítreo perfectamente, en poco tiempo se producía una inflamación grave del ojo y el paciente quedaba con un ojo ciego y doloroso. Aunque esta operación es ilegal se sigue practicando en los poblados apartados de la India.
Una forma de reclinar ha surgido en China recientemente, donde hay muchos más pacientes que los que pueden atender los oftalmólogos del país. Los “médicos descalzos chinos” practican ahora una reclinación parcial, en la cual rompen las zónulas superiores, y la catarata aún fija al proceso ciliar por la zónulas inferiores, es empujada dentro del humor vítreo. La técnica se hace con una incisión muy pequeña sin sutura, que requiere una estancia muy corta en el hospital, permitiéndole al paciente regresar pronto al trabajo.
El primer intento en la cirugía de catarata moderna fue realizado por Jacques Daviel en 1756. El paciente era un pintor joven cuyas cataratas le habían privado de la vista.
Durante la cirugía se abrió la córnea en el limbo y se observó que el cristalino estaba muy firme. El médico desprendió el cristalino, cortó una poción del iris y sacó la catarata del ojo con una espátula despuntada. No se usaron suturas para cerrar la herida. Para el vigésimo día después de la operación, el pintor caminó sin dificultad usando lentes.
En 1866 Henry Williard Williams de la Harvard Medical School, usó con éxito una sutura para cerrar la herida, aunque la cirugía de catarata sin sutura se realiza todavía en partes remotas del mundo y la mayoría de las veces el ojo cierra por sí mismo adecuadamente.
Foto de Gerard Girbes