Revista Insólito

Antes de Michelle Obama, Barack quiso casarse con esta hermosa #mujer blanca (HISTORIA)

Publicado el 05 mayo 2017 por Laregaderaweb @RegaderaWeb

En 'Rising Star', una nueva biografía autorizada del expresidente Barack Obama, el autor, David J. Garrow, logra desentrañar la historia de un amor poco mencionado entre Obama y Sheila Miyoshi Jager que incluso llegó a escalar una propuesta formal de matrimonio. La mujer habló con el autor del libro no solo para revelar su historia romántica sino para delatar detalles de las tempranas ambiciones del político.

Antes de Michelle Obama, Barack quiso casarse con esta hermosa #mujer blanca (HISTORIA)

Antes de Michelle Obama, Barack quiso casarse con esta hermosa #mujer blanca (HISTORIA)

¿Puede una decisión amorosa cambiar el destino de un hombre?... más precisamente ¿puede cambiar su destino político? La nueva biografía autorizada de David J. Garrow sobre Barack Obama parece responder que sí a estas sospechas.

En 'Rising Star' este autor ganador de un premio Pulitzer releva que mucho antes de conocer a Michelle Obama, en Chicago, en una firma de abogados, Barack Obama tuvo una novia con la que intentó casarse dos veces, una pretensión que, sin embargo, con el pasar de los años, pareció ir en contravía de las ambiciones políticas del que luego se convertiría en presidente de los Estados Unidos.

La historia nos remonta a los tempranos 20 años de Barack Obama. Su novia del momento era Sheila Miyoshi Jager, una jovencita estudiante de antropología, experta en la península de Corea, de ascendencia holandesa y japonesa con quien, a pesar de la notable juventud, Obama parecía tener serias intenciones.

Antes de Michelle Obama, Barack quiso casarse con esta hermosa #mujer blanca (HISTORIA)

"En el invierno de 1986 cuando visitamos a mis padres, él me pidió matrimonio", confesó sorpresivamente y por primera vez en público Jager al autor del libro quien explica que paradójicamente fueron los padres de la joven quienes se opusieron a la idea, menos por razones raciales -ella no era afroamericana, sino una niña de clase media blanca-, que por su evidente juventud. A pesar de la negativa, los jóvenes siguieron de novios.

Los testimonios de este amor refundido de Barack Obama, que había aparecido vagamente mencionado en otros libros, nunca con nombre propio, le permite al lector sobretodo ser testigo de ese hombre joven e inquieto que aunque estaba lejos de la política empezaba a sembrar las bases de sus verdaderas ambiciones: ser presidente de los Estados Unidos.

"Recuerdo claramente cuando Barack Obama empezó a transformarse. Recuerdo especialmente el año 1987 en el que a pesar de llevar solo un año de relación, ya para mi era evidente que él quería un sola cosa y era llegar a ser presidente", confiesa Jager en el libro. "Él empezó a tomar mucha conciencia de su identidad como afroamericano y eso empezó a estar directamente relacionado con sus búsquedas políticas". También, según sospecha el biógrafo, empezó a estar directamente en contravía con su historia amorosa que más que afianzar su identidad como afro lo ponía de cara a una multirracialidad que parecía querer dejar atrás.

El carácter pretencioso de Obama no solo era percibido por su pareja. "En la escuela de Leyes la única cosa por la que hubiera votado por Barack Obama era por que se callara. De hecho nosotros teníamos un 'obamanómetro' que medía cúan pretenciosa era la gente en al clase", recuerda un compañero del expresidente citado por el biógrafo.

Los cambios en las perspectivas políticas de Obama hicieron que la relación con Jager se fuera deteriorando y para cuando él perseguía entrar a la Escuela de Leyes de Harvard, la relación estaba casi disuelta, sin que eso no alentara a Barack Obama a hacer su última movida de rescate: pedirle a ella que se mudara con él y se casaran.

"En la vida de Barack Obama, todo, desde sus asistencias a pequeños mítines comunitarios, su ida a la Escuela de Leyes de Harvard y hasta sus decisiones de a quién amar no era acerca de vivir la vida, sino de cumplir con un destino", concluye David J. Garrow, quien asegura que Michelle Obama, al ser afro descendiente encajó de mejor manera con las nuevas perspectivas que Barack se planteó para sí mismo.


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