Revista Cultura y Ocio
Y es que la vida está como oxidadaechada a perder entre los días.
Noto en el cielo, a veces, un aburrido color.Nada salva el racimo de silencios pudriéndose.
Necesito de un veneno que rasgue a manotazos la presenciaun truco que me estremezca por dejar al descubierto el día que me desencanté:porque la vida como están las cosasentiendo que va pasando, siendo nada a pesar de nada.
Los recuerdos son malos; el infierno de la soledad los alimentay nada hay más duro de tragar que el hastío.
Sinceramente pegarse un tiro no tiene sentidocuando el tiro ya viene en camino desde la cuna.
La muerte no es un lugar para los suicidasmenos para los que escriben como si ya hubieran logrado diseccionarla;de todas formas el presente tiene todo ganado:clavados a su instante olvidamos intentar ser otra cosa.
Hace millones que se dañó la máquina para no ser,la vida es un fósil que dejaron los muertos en el aire,resta inventar un tótem para darle consuelo al abismo,basta construir una caverna y pensar que alguien nos escucha,con decirte que hasta se vive de milagros debajo de los párpados,que la noche es un mar que lleva y trae muertos como troncos a la deriva:dormir es entregarse, darse por vencido.¿quién sueña entonces antes de que vuelva a despertar en el náufrago?La cuestión está en creer que se regresao en sonreírle al que consideramos conocer de siempre ante el espejo.
Atravesados como estorbándolo todo nos metemos en la luzpero venimos de una honda naday el vestigio parece a veces gemir desde los orificios que tenemos en los ojos:empecé perdiendo agujas, ahora suelo tirar todo por esos agujeros negros.
La vida de ida va; di vida y estarás gritando como una flor cortada:Quizás así al menos comiences a entender lo que son los pétalos.
Ya crecimos hasta desaparecer las alas pero hay ganas a veces en que me arrinconó en uno de los últimos díasy entonces puedo verme las plumas grises, desahuciadas y desfallecidascomo animales recién asesinados.
Puros cuentos urbanos para no dormir frente al volantecosas que no son palabras alargan la carretera hasta que no queda otra cosa sino el espantoy tu me leescomo haciendo caso, como escarbando entre la basurabuscándote entonces eso que te gusta encontrar en tu tiempo perdido.
¿Cómo escribir cuando soy un para-rayos devolviéndole latigazos al cielo?
Me gusta denunciar, sentir que te conmueve en algo mi traición que sigue siendo silencio.
Y a pesar de todoEstán estas cosasporque no está de másintentar a veces quitarle el oxido al retrete.