Publicamos sobre un fraude a la salud pública en España con la cantidad de aluminio en las vacunas y resulta que la protagonista es la vacuna Infanrix, del laboratorio GlaxoSmithKline (GSK), que tiene un largo historial de daños y ocultación de los mismos. Os cuento.
La Asociación de Afectados por Vacunas (AxV) ha analizado en un laboratorio independiente los componentes de las vacunas administradas a dos bebés fallecidos tras sufrir encefalopatías postvacunales y ha hallado que llevan más aluminio (tóxico para el sistema nervioso) del que anuncia la ficha técnica de la vacuna.
La vacuna protagonista de los hechos es la Infanrix, conjugada contra varios tipos de virus. Si bien es gravísimo que se oculte a la población los componentes reales de un medicamento y su cantidad exacta, agrava el problema que no es la primera vez que esta vacuna y este laboratorio se ven en semejante trance.
La vacuna Infanrix hexa ha provocado decenas de muertes de bebés. Lo supimos gracias a un estudio clínico confidencial realizado por la empresa farmacéutica y filtrado. Y fuimos desgranado el asunto:
-Pedimos que la información del laboratorio llegue a la población.-Advertimos que faltan datos en los estudios de la compañía filtrados -Nos preguntamos si se han evaluado las muertes evitadas por la vacuna Infanrix antes de ser autorizada -Contamos que parte de las autoridades sanitarias obvian las muertes producidas Todo esto suscitó que Gaspar Llamazares , diputado de Izquierda Plural en el Parlamento español, llevara a la cámara varias preguntas al Gobierno por las muertes de bebés relacionadas con este medicamento.
La respuesta del Gobierno llegó a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Todo es correcto. No hay que preocuparse.
Pero eso fue en marzo de 2003 y claro que nos preocupamos ¿o que las cantidades declaradas de un componente de un medicamento que puede dar problemas de salud no coincidan con las reales no es para preocuparse?