Acabamos de recibir, como otros miles de fisioterapeutas de varios de los colegios del Estado, el último número de Cuestiones de Fisioterapia(1). El editorial, firmado por Salvador Montull Morer, habla de la entrevista clínica. Transmite una idea central, a saber: la necesidad de la entrevista clínica como punto de partida para el diagnóstico, punto de partida a su vez de la planificación del tratamiento, la fundamentación para rehusar el mismo o de la derivación a otro profesional.
La entrevista clínica nos sirve, esencialmente, para conocer al paciente. No sólo el motivo por el que acude al fisioterapeuta, sino el contexto familiar, laboral, social y psicológico en el que se produce la atención. Como dice el doctor Montull “existe un consenso generalizado sobre la necesidad de realizar una adecuada entrevista clínica”, pero “existen aspectos ligados a la evolución histórica de la profesión que, en bastantes ocasiones, dificultan la realización de este proceso”.
Nosotros ya escribimos sobre la obligatoriedad de contribuir a la realización de la historia clínica (2). También sobre la necesidad de un tiempo para estas y las demás labores del fisioterapeuta (3), y, no menos importante, del espacio para ello (4). De lo que se trata, al final, es de empezar bien. No puede haber un buen inicio de la relación con el paciente si no hay una comunicación eficaz, que requiere un marco adecuado de espacio y tiempo.
¿Quién de los presentes puede presumir de contar con esas condiciones? ¿Quien no las considera una bonita utopía? Eso es lo que viene también a decir Montull. Lo que se enseña en la universidad, lo que parece un consenso, se topa con la realidad. No hay intimidad ni tiempo en muchos de los entornos laborales en los que se mueven los fisioterapeutas. Lo llamativo, grave, chirriante, es que eso sea acríticamente asumido. Y, para nosotros lo peor, muchos fisioterapeutas no lo quieren ver de otra manera.
La conversación con la que debuta la relación con el usuario de fisioterapia marca en gran medida el devenir lo que venga después. Requiere escucha, manejo de habilidades de extracción de información, de interpretación, de síntesis, de transcripción. Puede ser engorroso e incómodo y, si no hay apoyo con los medios necesarios, nada nos invita a realizarla. Quizás sólo la obligación de cumplir con unos mínimos. Los fisioterapeutas, jefes propios o de otros, deberían asumirlo. Si además tenemos labor docente, la responsabilidad de entender y hacer entender esto se acrecenta.
La entrevista debería ocupar la mayor parte del tiempo del primer encuentro. Se podrá acompañar de exploración y/o de tratamiento manual o instrumental. Puede incluso continuarse en posteriores sesiones. Todo dependerá del contexto laboral. Pero siempre tendrá un importancia central en el inicio de la relación con el paciente. Si alguien replica esto que nos lo haga saber. Lo discutimos. Pero esperamos que la gran mayoría lo acepte. Sería un comienzo necesario para cambiar la situación planteada por el doctor Montull.
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Referencias
1. Montull Morer S. La entrevista clínica: base para una correcta intervención de Fisioterapia (editorial). Cuest. fisioter. 2016, 45(1): 3-18.
2. González García JA. La historia clínica en fisioterapia, ¿obligatoria? En Fisioterapia. http://www.madrimasd.org/blogs/fisioterapia/2008/03/04/la-historia-clinica-en-fisioterapia-%C2%BFobligatoria/. Acceso 7 de marzo de 2016.
3. González García JA. De nuevo, el tiempo del fisioterapeuta. En Fisioterapia. http://www.madrimasd.org/blogs/fisioterapia/2011/03/01/de-nuevo-el-tiempo-del-fisioterapeuta/. Acceso 7 de marzo de 2016.
4. González García JA. Espacio. En Fisioterapia. http://www.madrimasd.org/blogs/fisioterapia/2011/11/21/espacio/. Acceso 7 de marzo de 2016.