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Quería darle un toque especial a un pequeño espacio en mi habitación, junto a un armario que también tuneé. Primero pensé hacer un mueblecito o poner unas baldas, pero no me convencía... al final me decidí y fui a una tienda de muebles de segunda mano (también puedes conseguir una en mercadillos de antigüedades, bien baratita). Fijé bien la silla, pues estaba algo inestable, y compré tela con algún dibujo modernito para tapizarla (la compré en un mercadillo, 5 euros el metro).
Lo más complicado para mí fue quitar la tapicería anterior, con cuidado, sin dañar la madera al quitar grapas y chinchetas que tenía. Después rellené con masilla para madera los huecos y cuando se secó lijé la silla. Pasé un paño húmedo para quitar restos de serrín.
Después sustituí la espuma amarilla del cojín por otra, reutilizada de una almohada que tenía que no uso. También puedes comprarla, pero como ya tenía me salía más económico. La fijé a la silla y me puse a pintarla con pintura blanca mate, para madera. La elección de la pintura es importante, pues cuando pinté el armario de mi cuarto compré otra pintura y aunque ponía mate, el resultado era brillante, y daba la impresión de ser plastificada. A mí me gusta más el resultado "rugoso".
A mí aún me queda acabar la pasamanería pero es que me ha gustado tanto que he querido compartirla con vosotros! Las fotos son de mala calidad, pues las hice con el móvil. ESPERO QUE OS GUSTE!