Por César García.
Anthony Muñoz –así, con la letra Ñ, aunque en Estados Unidos les cueste trabajo–, no es un nombre que resalta al instante que uno lo escucha o ve. Es quizás el mejor jugador menos popular en la historia de la NFL. Muñoz fue un tackle ofensivo seleccionado por los Cincinnati Bengals como la tercera selección global en el Draft de 1980. Llegó a una franquicia que, gracias a él y otros complementos, se volvió relevante en la NFL en esa década y, si el destino hubiera sido distinto, tal vez estaría presumiendo hasta dos trofeos Vince Lombardi.
Volviendo a Muñoz, sus galardones personales son impresionantes: elegido al Salón de la Fama de la NFL en la clase de 1998, gracias a una carrera de 13 años en la que fue seleccionado 9 veces al primer equipo All-Pro, lo cual lo tiene empatado en segundo lugar con la mayor cantidad de nominaciones en la historia; 11 veces al Pro Bowl y parte del equipo ideal de los 75 años de la liga, además de ganador del trofeo Walter Payton al Hombre del Año en 1991. Todo esto para tener una idea de quién ha sido, no solo dentro, sino fuera del campo.
A pesar de solo haber jugado 16 partidos en la universidad (USC), en 13 temporadas con Cincinnati apenas se perdió tres partidos por lesión: jugó 185 en total. Se sabe que corría largas distancias para mantener su condición, de 10 a 12 millas dos o tres veces por semana. Ese acondicionamiento le permitió ser pieza clave de la famosa ofensiva no- huddle o hurry-up del head coach Sam Wyche, en la que los jugadores no tenían que reunirse previo a cada jugada y así ahorrar tiempo.
Bajo esa ofensiva y el mantra de “termina tu bloqueo hasta escuchar el silbatazo del fin de la jugada”, Muñoz ayudó a los Bengals a llegar a dos Super Bowls (XVI y XXIII) mismos que perderían ante el mismo rival: la dinastía de los San Francisco 49ers de los años ochenta. Aun así, todo Cincinnati debe agradecer el haberlo tenido en sus filas, en especial los QB Ken Anderson y Boomer Esiason, quienes ganaron un MVP cada uno con Muñoz protegiendo su lado ciego.
Hay que reconocer a un buen jugador en el futbol americano, independientemente de la posición que juegue, y eso la NFL lo tiene bien claro al haberlo nombrado el mejor liniero ofensivo y duodécimo mejor jugador en la historia en el ranking realizado en 2010. Bob Trumpy, ex tight end de los Bengals (1968-77) y famoso locutor de football, comparte en video algunas curiosidades del juego de Anthony Muñoz.
A pesar de su tamaño, Muñoz incluso tuvo la condición atlética para lograr 4 recepciones de TD alineando como receptor elegible, hazaña que él mismo Trumpy recuerda.
“Fue tan consistente y capaz durante toda su carrera… el día que se retiró, no noté ninguna
diferencia en cómo se jugaba la posición de OT, lo cual es extraordinario. Seguía deteniendo a
gente en la línea de scrimmage y tirándolos al suelo… fue La mejor decisión que han tomado los
Bengals en su historia”. Finaliza el video, mismo que puedes disfrutar a continuación:
¿Llegaste a ver jugar a Anthony Muñoz? ¿Qué te inspira este jugador? Te leemos en los comentarios bajo este post y en nuestras redes sociales.
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