Revista Filosofía
I
La afirmación del simulacro, de la copia, frente a la esencia, el ser. Y ahora que dopo Nietzsche hemos descubierto la importancia de los fantasmas, de los simulacros, ¿Por qué no afirmar de nuevo la esencia y el ser precisamente en cuanto simulacros, frente a la tiranía de la evidencia del devenir?
II
Eterno Retorno pasado por el agua mal oliente de los franceses: ¿No sería demasiado frágil, demasiado espectral, el retorno en cuanto retorno si sólo se tratase siempre de un retorno de lo diferente? ¿Y cual es la posibilidad misma de lo distinto, sino el fantasma de la identidad?
III
Deducir todos los elementos de juicio y de realidad de valores morales previos- ¡eso sólo podría haberlo imaginado un hombre como Nietzsche, que redujo todo a la moral!
IV
Sospechar si tras un pensamiento ontológico hay un pensamiento de valoración- eso sólo es posible teniendo un pensamiento originariamente moralista-.
V
El dúo absurdo Spinoza- Deleuze: No se sabe lo que puede un cuerpo…¡pregúntaselo a los cadáveres!
VI
Si damos carta de confianza al simulacro, a lo que se opone a la verdad- abriremos con entusiasmo las puertas a toda teología.
VII
¿Qué virus hay en Francia para que ciegue de forma tan intensa las cabezas? Algo en el ambiente, quizás el cosmopolitismo de París, la vida de cartón de los franceses…¿quién sabe?
VIII
Lo que puede un cuerpo- sobre todo el aparato excretor y también las funciones orgánicas más bajas-.
IX
¡El elogio de la carne, de la superficie! O Deleuze como gran estilista en la pasarela de moda de París.
X
El amor a la vida en cuanto amor al retorno de lo diferente, ¿no será también amor por aquello que es lo diverso de la vida, lo opuesto, la diferencia ontológica fundamental de la vida, es decir, la muerte?
XI
¡Cuanto no debe el talento de Nietzsche a las taras que le ocasionó el cristianismo!
XII
Lo que amamos en Nietzsche es la visceralidad, la energía, la potencia del pensamiento en su pura acción. Pero más allá de esto, convertirlo en ciencia, como parece querer hacer Deleuze, es caer en el desvarío y la comicidad.
LOS COMENTARIOS (2)
publicado el 08 marzo a las 00:54
seria fantastico coexistir con la diferencia, pero esta es una abstraccion,por todos lados observamos ejercitos de clones que consumen todos iguales, con gustos iguales,con rituales iguales (futbol jaja),que comen iguales,y van al baño de la misma forma,apoliticos de la misma forma, es decir, el sujeto "normal", es un sujeto comun, vulgar, construido en serie, y sin tener ningun peso en el bolsillo,como la mayoria, que viven soñando con un golpe de suerte, como todos. deleuze vivia en otro planeta, su diferencia expresaba su mundillo de intelectuales conelegancia radical.
publicado el 27 enero a las 19:23
Me gustaría saber qué entiende usted por filosofía de la esencia: Platón, Aristóteles, Hegel. No será en realidad la envidia lo que motiva tu odio a las filosofías de la diferencia, más que un afán de búsqueda de la verdad. ¿No abran cambiado las condiciones históricas hoy, en el capitalismo tardío, para qe sea posible hablar de esencias? ¿O lo que usted busca es un retorno a las tierras medioevales para así convertirse en un señor Jedi, en un guardían de supuestos valores eternos? Que fácil es disparar cuando la fuerza que motiva son las de las gónadas, las del timo, y no las del cráneo.