Aunque pueda parecerlo, no es un simulador de jardinería. No solo eso, mejor dicho.
Describir Anti-Idle: The Game es casi tan difícil como confuso resulta sentarse por primera vez ante él. Es, llanamente, una especie de RPG-simulador-agrario-mata-mata-pulsa-botones-recarga-baterías-arcade-cría-mascotas que no se sabe bien por qué existe ni con qué fin, pero que al final resulta muy entretenido si uno tiene paciencia para cogerle el truco. Durante los primeros minutos de juego completaremos un sencillo tutorial en el cual solo tendremos que esperar a que se llene una barra vertical de progreso, pulsar cualquier tecla o mover el ratón y esperar de nuevo mientras vuelve a rellenarse continuamente. Gracias a esto iremos obteniendo experiencia, que servirá para subir de nivel, y monedas amarillas.Así pues, a medida que subamos niveles y acumulemos más dinero (no solo hay monedas amarillas, sino también verdes y azules, y más adelante conoceremos otros tipos de dinero) podremos comprar nuevas funciones en distintas tiendas, que van desde un jardín donde plantar árboles y recolectar los frutos, que nos darán más dinero, a un modo Arena donde derrotaremos monstruos, subiremos de rango y compraremos equipo y habilidades como en cualquier juego de rol normal. Una función que ya de por sí podría constituir un juego completo, al igual que el juego de cartas disponible a partir del nivel 300.
La Arena es uno de los grandes atractivos de Anti-Idle, pero no el único.
A esto hay que añadir minijuegos, un estadio donde disputar carreras, una máquina de imprimir dinero, cajas sorpresa, tiendas secretas, logros, aliados, pesca, misiones y un sinfín de posibilidades más, que se irán desbloqueando para que las compremos a medida que subamos niveles. Una vez llegados al máximo, el 9.001, podemos renacer. Y empezar de cero, conservando algunas cosas. Algo que puede llevar meses. Anti-Idle es un juego enorme, con todas las letras.Gráficamente es tan simple que nos pasaremos bastante rato simplemente navegando por menús, y el modo Arena y algunos minijuegos más, que son los que podrían destacar, tienen unos gráficos bastante justos. De sonido mejor ni hablar, porque no tiene ninguno en absoluto. El botón "mute" solo sirve para desbloquear un logro. Así que toca traerse la música de fuera (por ejemplo).
El juego de cartas coleccionables integrado en el propio Anti-Idle.
Y pese a esto, la gracia de ir desbloqueando nuevas funciones, los cientos de tareas por hacer y su inagotable duración hacen de esta idea algo realmente excepcional y digno de ser probado. Le dedicaréis treinta segundos o muchas horas si conseguís superar el desconcierto inicial, eso ya depende de cada cual, y en realidad acaba permitiendo que nos despeguemos de la pantalla para dejar que nuestro imperio crezca solo, eso sí, nunca al mismo ritmo que si nos dedicamos a controlarlo a cada momento.Link: Anti-Idle: The GameDesarrollador: TukkunGénero: Aventura, RPG, CCG, Arcade...Plataforma: Navegador (Flash)