Carola Chávez.
“La cumbre ha sido un fracaso. No vinieron sino 5 países” –decía un experto en asuntos de toda índole, de esos que uno encuentra tomando café en cualquier barra de panadería. “Pero yo vi la reunión de cancilleres y ahí había un gentío” –le contestó un señor mientras revolvía su café. Entonces el experto se despepitó:
“Esos son cancilleres y, además, yo me refiero a ¡pa-í-ses! Países de verdad, no esa merienda de negros que nos montaron aquí. ¡Dígame esa vaina! Contando como cuentan los pendejos, claro que hay 120 países, pero no son más que ese puño de paisitos africanos que vienen a ver qué les tiran, unos árabes, cuando esa gente está tan mal vista por la comunidad internacional, unos chinos de Corea del Norte y de otros países que uno ni sabe si existen de verdad y, claro, los chulos de las islas caribeñas… Todos ellos juntos no le dan ni por las patas al estado más pobre de los Yunaite Estei”.
“Si ellos mismos admiten, con sus caras tan lavadas, que son el tercer mundo, como si esa vaina fuera de pinga, y vienen a Margarita a llorar sus complejos: que si los Estados Unidos son malos, que si Europa también, que si nos explotan, que si nos invaden, que si el bloqueo, que si esto, que si lo otros… típico discurso resentido que siempre culpa a otros de sus fracasos”.
“Eso sí, lloran pero se quedan en hoteles de lujo que después de la cumbre quedarán ranchificados y sin estrellas. Si un amigo que trabaja en un hotel que me dijo que esas gentuzas hasta “degollan” chivos en las habitaciones”.
“Y la isla militarizada -¡lo que nos faltaba!- un esbirro en cada esquina y que velando por la seguridad. ¡Reprimiendo la libertad es lo que es! Se hacen cumbres en todo el mundo y no llenan las calles de soldados. Y no me vengan con el cuento de que en Davos hasta francotiradores ponen, porque no se puede comparar manzanas con cambures, porque si algo le pasa a Obama se arma el peo, en cambio, a quién le importa lo que le pase aquí al presidente de Cuchucustán, que uno no sabe ni quién es”.
“No son más que un club de acomplejados con el rancho en la cabeza. No entienden que si estuvieran alineados, si dejaran de preocupar a la comunidad internacional con sus pendejadas, nadie se metería con ellos y, un día, hasta los invitarían a Davos; pero la ignorancia es una cosa seria”.