Revista Cultura y Ocio

Antídotos contra la belleza, de Ana Elena Pena

Publicado el 12 enero 2014 por Patricia Muñiz
Antídotos contra la belleza, de Ana Elena Pena
Antídotos contra la belleza es el nuevo libro de Ana Elena Pena. El pasado 9 de enero se presentó en Espacio Mutuo (Barcelona), y sobre él se han dicho cosas tan interesantes como estas:  "Se pueden relatar cosas terribles con palabras bonitas. También se pueden estropear cosas bonitas diciendo verdades terribles. Somos capaces de ver la belleza que se esconde tras un gesto de aflicción, y a la vez el horror más absoluto en el rostro de una mujer preciosa pero corrompida por dentro. Esto que tienes en tus manos es un libro pequeño, salpicado de textos cortos y sencillos para leer muy despacio.
"Antídotos contra la belleza" son una serie de microrrelatos y poemas encadenados de Ana Elena Pena, cuyo objetivo es únicamente el de sanar, y el de detenerse a saborear la belleza auténtica de lo imperfecto en muy pocas palabras.

Vivimos en una sociedad hedonista que rinde un culto exagerado y casi vomitivo al sexo, la belleza y la juventud, pero que sin embargo está enferma y se sabe doliente y perdida. Sobrevolando esta feria de las vanidades se hace necesario (re)descubrir y reivindicar el erotismo de lo cotidiano, el encanto de lo desordenado, de lo caótico y también de lo simple. Desenmascarar la belleza impostora de la frivolidad con su falso glamour, acariciar los bordes de la cicatriz, enamorarse del hombre despeinado que toma café o de la chica que llora borracha en el regazo de cualquier desconocido. Despojarse de lo superfluo y, una vez y liberados de artificios, vernos tal y como somos y soñarnos tal y como queremos ser; porque si miramos bien nada es lo que parece".


Precio del libro 7 €

(Textos publicados en la Web de Espacio Mutuo)
Aprovecho la buena noticia de esta nueva publicación de Ana Elena, para recordar la reseña que en su día escribí sobre su poemario. Espero  que os guste.  Originalmente publicada por Underbrain Mgz. 
Antídotos contra la belleza, de Ana Elena Pena

Los poemas que Ana Elena Pena incluye en su librito Sangre en las rodillas son golosinas rebeldes. Caramelos adictivos, pero tan amargos como el dolor que viaja de la mano del amor. Pequeñas historias ácidas, dulces o saladas. Poemas de libertad. Versos ingenuos, jugosos, llenos de placer, emoción y una estimulante sobredosis de personalidad propia.
“No soy buena,
no soy buena.
Provoco retortijón,
vértigo, insomnio,
apatía, tristeza,
taquicardia, temblores,
dolor de cabeza”.

Sí que es buena. Ana Elena Pena, pertenece a ese grupo de personas que se sale del rebaño.Una luminosa oveja negra que por no ser gris, ni dócil, por ser una valiente que nos cuenta en voz alta qué Norte marca su brújula, revuelve conciencias y bajos fondos. Pero sobre todo, desata pasiones.
“Hoy me balanceo en el trapecio, sin red, con los ojos vendados, una mano atada a la espalda, un candado de acero y una gruesa cadena rodeando mis bragas”.
Los lectores de Sangre en las rodillas pueden verse invadidos por una energía juguetona, de espíritu infantil, que sortea a trompicones los obstáculos de la vida adulta. Son versos que soplan sobre las heridas provocadas por las grises lenguas viperinas.
“Seguir jugando, y seguir lastimándose en el patio de recreo que es la vida.
Alcohol y mercromina.
Sol, amigos, cerveza fresca, sexo furtivo. Tiritas.
Big girls don’t cry.”

Sus poemas están vivos. Escritos con honestidad y emoción. Trágicos y graciosos, son transparentes y claros, pues hablan un lenguaje universal. Cada poema es como degustar un dulce. Tienen aroma, color y sabor. Son oscuros como la regaliz, ácidos como el sidral y suaves como las nubes de azúcar. Disfrazados de fantasía nos hablan de realidad. Y, por si fuera poco, nos aseguran que no hay herida que no pueda curarse con un besito y una tirita.
“Tocar sin tocar.
Besar sin besar.
Hace tanto tiempo que ando desconectada de mi cuerpo
Que doy por hecho que estoy viva sólo porque está
Caliente.
(37º)
Pasen, vean, toquen…”

El alto grado de erotismo hará subir la temperatura del lector más cauto y despertará los celos de cualquier amante inseguro. Es un poemario donde encontraremos amigas de la infancia separadas por convenciones sociales, novias celosas, amantes ilusos, funambulistas y globos que se escapan dejando a los niños llorando desconsolados. A todos ellos, felices o desgraciados, locos o cuerdos, va dedicado este poemario que comienza con una declaración de intenciones de la mano de esa gran poeta que miraba al mundo con ojos de niño, Gloria Fuertes.
“Para escribir me escondo,
como una mujer primitiva se escondía para parir.
Como un animal herido se esconde
para lamerse a gusto la sangre,
así nadie sabe de mí
cuando me pierdo para escribiros esto”.

Ojalá Ana Elena siga perdiéndose muchas veces para escribir libros tan bonitos como éste. Que siga regalándonos el alma en cada canción que compone, en cada cuadro que pinta, en cada libro que escribe. Que siga siendo la heroína que vence a los eternos enemigos de los espíritus libres. Que siga llenando las estanterías de su hermosa esperanza rebelde.

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