ANTIGUOS OFICIOS .
En la Edad Media surgen. en las ciudades y pueblos. una serie de asociaciones gremiales que cada una descripcibia su trabajo en un barrio o calle, con su fiesta y patrón.
Muchas de ellas conservan un nostálgico recuerdo en los rótulos de las calles, ya sin ningún sentido. porque esas antiguas profesiones y oficios son un vago nombre que muchas veces no es transparente para los ciudadanos de hoy.
Esa opacidad de significado se debe a que la mayoría de los oficios, que pasaban de padres a hijos. de generación a generación han desaparecido. a causa de que sus productos. por el avance de la ciencia y de la técnica. ya no sirven o han quedado obsoletos.
Ahí quedan muchas calles que hablan como testigos de aquellas profesiones y gremios perdidos:
Tenerías (curtidurías), plaza Ropería, Chapinería (especie de calzado), la Piara, Esparteros. Carreteros, Azacanes (acarreadores de agua), Adohadoras, Panaderas, Canastas, Caldereros, Lahradorcs, etc.
Los padres por escasez de medios económicos y por abundante prole que entonces tenían, ponían a sus hijos a trabajar, ya desde su primera juventud: los destinaban a guardar cerdos, los guarreros o porqueros: en estas edades hasta los catorce años eran trilladores en época estival: subidos en un trillo o trilla conducían el par de mulas que tiraban de él. dando vueltas alrededor de la parva que forma la mies, miesa o miensa.
Ya por estas edades se vestía de zagal, joven que ayuda al mayoral a rabadár a guardar las ovejas o cabras; o de morril, que ayudaba a los gañanes en las faenas del campo o para llevar o traer recados de estos.
Otras veces hacía las veces de labranza y llevar la comida. con un burro, a los segadores al cacho o tajo, aunque también esta misión era encargada a las mujeres: hernandilla.
Un poco mayor podía ser el rejem, el último o más joven de una cuadrilla de muleros o gañanes, encargado de llevar las rejas a aguzar o alncar; existía también el aguador o encargado de llevar el agua a los segadores al tajo.
Ya mozos, adquieren el grado de muleros o cuidadores de las mulas.
El amo o dueño mandaba a los eriaos, si se necesitaba, a herrar las caballerías al pueblo: esta faena la realizaba el herrador o mancebo en un pozo de piedra, ayudado por pujavaJlfe, clavos de herrar y martillo; otros iban a adquirir aperos del albardero. el que hace albardas; o el guarnicionero que hacen ciertos aperos de labor: o van a buscar a los que venían de Cantalejo (Segovia) para empedrar con pedernales las trillas; o comprar hoces a los de la Solana (Ciudad Real); o a mercar sogas y afilar sus hoces y hocinos dirigiéndose a los ambulantes gallegos.
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Revista Cultura y Ocio
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