Soy asidua de las redes sociales y como todos sabéis no he escondido nunca mi sentimiento colchonero sino que he presumido abiertamente de ello, nunca he ocultado tampoco que tengo buenos amigos futboleros y, tampoco que algunos de ellos no son seguidores del Atlético de Madrid, circunstancia esta que yo no acabare de entender nunca, y también he compartido con vosotros que incluso mi padre es firme seguidor del equipo de Concha Espina…
Siempre he escuchado eso de que los atléticos somos antimadridistas de nacimiento y, siempre he criticado esa generalidad… no me gustan demasiado esas afirmaciones y, no me gustan por una sencilla razón, yo soy del Atlético de Madrid, y lo digo alto y claro, SOY DEL ATLETI - piopialo , lo mantengo ganen o pierdan, estén en primera o en segunda, no soy de esas personas que se subieron al carro en la vorágine de las victorias y que se plantean saltar por la borda tras el primer traspiés… y, por eso, porque sigo de esta manera a mi equipo me importa bastante poco lo que hagan el resto, y esto también lo digo alto y claro, no me alivia una derrota de los vecinos merengones ni mucho menos de los culés, yo solamente pienso en mi equipo, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, todos los días del año y, la alegría que me produce una victoria de mi equipo no la tendré nunca con una derrota de cualesquiera de nuestros rivales.
A pesar de mi clara posición muchos de los aficionados al fútbol cuando conocen de mi afición por el Atleti me dicen… “claro, tú del Atleti, y antimadridista…” - piopialo , cosa que rápidamente procedo a negar, dejando muy claro que yo me fijo solamente en mi equipo.
Pero curiosamente muchos de esos que plantan su dedo acusador sobre mí con semejantes afirmaciones son los que en las últimas jornadas de la temporada pasada y, sobre todo, en las últimas semanas de la actual han procedido a dedicarme sus tiernos piropos a través de las redes sociales, lo hicieron de manera contundente tras el partido frente al Olympiakos de Michel y se han vuelto medio locos tras el partido frente al Valencia.
Queridos madridistas (o culés, o seguidores de cualesquiera otro equipo) pero siempre furibundos antiatléticos cuanto me alegra que nos sigáis tan de cerca, cuanto me alegra que veáis con tanta atención nuestros partidos, cuanto me alegra que aquello que durante tanto tiempo criticasteis hoy lo ejerzáis con semejante vehemencia, esta obsesión vuestra hacia nosotros solo puede deberse a un sentimiento muy simple y muy natural en la raza humana, el miedo.
Si queridísimos antiatléticos, vuestro sentimiento se debe al miedo, al temor que sentís hacia nosotros, al miedo de que un puñado de hombres (no de estrellitas) guiados por un entrenador al que nunca premiaran los grandes lobbies pseudofutboleros pero que ha creado una nueva forma de hacer fútbol y al que su afición adora se cruce en vuestro camino, os gane en vuestra propia casa una final o, incluso, un derbi liguero o bien saque a la luz vuestras vergüenzas en los momentos más inoportunos.
Cuanto me alegra, queridos antiatléticos, que ahora os fijéis en nosotros, en los aficionados colchoneros, y nos dediquéis vuestros adjetivos;
Cuánto me alegra que os queráis comparar con nosotros, pero queridos esto os va a costar muchísimo, lo primero que debéis aprender a hacer es animar a vuestro equipo hasta el desaliento, si, habéis leído bien, hasta el desaliento, de principio a fin.
Cuánto me alegra que os queráis parecer a la que es la mejor afición del mundo - piopialo , aquella que anima a su equipo siempre, en las buenas y en las malas, en las victorias pero, sobre todo, en las derrotas.
¡Cuánto me alegra que hasta a vosotros queridos seguidores merengones o culés el Atlético de Madrid os haga felices! ¡Cuánto me alegra!
Escrito por Sara de la Varga@sdelavargaglez