Antivisita. Formas de entrar y salir de la ESMA

Una performance conmocionante y perturbadora que busca representar la ausencia. En un tiempo donde se intenta volver a poner en discusión lo que realmente pasó con la mano dura del terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar, incluso queriendo reinstalar la vieja “teoría de los dos demonios”, hablamos de una propuesta que desde su poderosa verdad busca y consigue representar la ausencia.  Se trata de Antivisita. Formas de entrar y salir de la ESMA, de Mariana Eva Pérez y Laura Kalauz, por Proyecto Antivisita de Caba, una performance de recorrido y “site specific”. La obra se presenta regularmente desde su estreno en el Centro Cultural Paco Urondo (UBA). Realiza también funciones itinerantes en diferentes instituciones y espacios escénicos, como el Archivo General de la Nación y el Museo de Arte y Memoria de La Plata.

Antivisita. Formas de entrar y salir de la ESMA se presenta en Rosario este jueves 12 de octubre, a partir de las 18, en el Museo de la Memoria (Moreno y Córdoba). Se trata de una propuesta abierta al público con cupo limitado. Las entradas gratuitas se retiran este miércoles 11, de 10 a 18, en el mismo museo, con un máximo de dos por persona.

Antivisita. Formas de entrar y salir de la ESMA, de las referidas Mariana Eva Pérez, hija de desaparecidos y la autora de, entre otros, Diario de una princesa montonera, junto a la directora y coreógrafa Laura Kalauz, además prima de la primera lo que habilita una interesante forma de diálogo en una idea de hurgar en la reconstrucción de los vínculos familiares, es una performance de sitio específico que busca hablar de los que no están contado con lo que no está, en una inusual pero muy potente forma de representar la ausencia.
El material toma la forma de una deriva, un recorrido arbitrario, un desvío que presta atención a la dimensión espectral de la desaparición forzada de personas.
En ese sentido, la propuesta pone a vibrar al público en una sintonía infrecuente que invita a recorrer la ESMA y a recordar sus horrores pero corrida de ese espacio, partiendo de una metáfora poderosa: si esos cuerpos no están, si están desaparecidos, entonces pueden estar en cualquier lugar, y hasta quizás en todos lados, poniendo atención “a la dimensión espectral de la desaparición forzada, propiciando el diálogo y la convivencia con los fantasmas en el marco de una experiencia performática”, según plantean desde el equipo creativo.
Esa lógica, bastante corrida de lo que pueden suponer algunas reglas de lo teatral o saludablemente amplificadas, abiertas, es la que pregna el recorrido que propone la “antivista” (lo opuesto a una visita) donde, a través de un relato inquietante y la utilización de, entre otros recursos, fotos y proyecciones, las y los espectadores experimentan esta especie de coda o desvío de un posible recorrido real en el lugar original, donde, sin apelar al panfleto, ponen en el cuerpo de esos acompañantes-espectadores la idea o el concepto de que la problemática “desaparecidos” no es sólo inherente a las y los familiares directos sino que es una problemática colectiva, de todos y todas, más allá de aquellos que lo niegan sistemáticamente.
Además de Pérez y Kalauz, la propuesta cuenta con la colaboración dramatúrgica de Miguel Algranti, quien también aparece en escena y oficia de “medium” a instancias de uno de los pasajes más conmocionantes que ofrece esta performance de recorrido.

Mariana Eva Pérez nació en Buenos Aires en 1977, es licenciada en Ciencia Política (UBA) y doctora en Literatura Románica (Universität Konstanz, Alemania). Escribió Instrucciones para un coleccionista de mariposas (2002), Peaje (2008, Premio Germán Rozenmacher) y Ábaco (2008), entre otras obras teatrales estrenadas y publicadas en distintas antologías. También es autora de la referida Diario de una princesa montonera  y del más reciente Fantasmas en escena. Teatro y desaparición (Paidós, 2022), al tiempo que integra el Grupo de Estudios Sobre Teatro Contemporáneo, Política y Sociedad en América Latina (IIGG – UBA).

Miguel Passarini