El décimo segundo poeta que antologa Gerardo Diego en 1934 para su Poesía española, antología (contemporánea) es José Moreno Villa (Málaga, 1887 – México, 1955).
Moreno Villa se fue a los dieciocho años a estudiar química a Alemania. Acabó muriendo en el exilio de México, por haber abrazado durante la Guerra Civil la causa de la República. En México desarrollo gran parte de su obra, pero en 1934, cuando lo antóloga Diego, eso era aún el futuro. En la antología aparecen poemas como éstos:LA VERDAD
Un renglón hay en el cielo para mí. Lo veo, lo estoy mirando; no lo puedo traducir,
es cifrado.
Lo entiendo con todo el cuerpo;
no sé hablarlo.
INFINITO Y MOTOR
Diminutas bandas peregrinas del aire
tensa mi atención.
Con su disciplina, su frío y su mecha
¡qué lejos de mi encuentro,
de repente, a mi yo!
¡Nadie dispare sobre esta vida del cielo!
—En pluma y pico,
afán campeador—.
Nadie ponga cepos ni redes
a quienes vuelan volando su corazón.
Hay un ay en la copa del árbol
cuando pasa la banda
rozando su flor.
Hay un ay en el hacho del monte;
hay un ay en la nube sonámbula.
Hay un ay en la corte de Dios.
Sumergido en silencio verde
y en el silencio del campo del sol,
los giros errabundos se trazan
en armonía con mi yo.
Voy dibujando, creo dibujar,
según mi deseo interior,
la elipse, la parábola, el círculo,
y la muda espiral de amor.
Voy con un cántico insonoro
adornando mi aviación:
este vuelo que no sé si es mío,
de los pájaros o del creador.
Se acaban los tamaños del mundo,
y el tiempo pierde su reloj.
Las estrellas se caen al fondo,
no hay más que infinito y motor.