Revista Cultura y Ocio

Antonio López viaja a Pamplona para instalar "Dia y Noche" en "Occidens", en la Catedral

Publicado el 15 enero 2013 por Noblejas

Leo en diario de Navarra que Antonio López está hoy instalando "Dia y Noche" en el atrio de la Catedral de Pamplona, con ocasión de Occidens (ver nota de prensa), que es una gran iniciativa artística y comunicativa, mucho más que una exposición... porque -como bien explican- Occidente no es ni una civilización ni una geografía, sino "un territorio mental que supone un horizonte de humanidad, basado en la libertad, la solidaridad y la dignidad de la persona".

Aun no hay imágenes del proceso de colocación de las dos grandes estatuas ni del resultado de esta genial idea y empresa, con la nieve que hoy -al parecer- cae en la capital navarra. 

Para quienes no sepan de "Noche y Día", puede bastar saber que fueron encargadas a Antonio López tras el atentado de Atocha, estación ferroviaria en la que se encuentran. Son dos grandes figuras de cabeza, en bronce y representan a su nieta Carmen cuanto contaba unos seis meses de edad.  Una durmiendo, otra con los ojos abiertos. El escultor, sin embargo, no dio un nombre a su trabajo.

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Antonio López está en el borde izquierdo de la foto izquierda, mientras las instalaba en Atocha, el 3 de julio de 2008. Esto dijo entonces:

"Es un espacio soberbio. Es una suerte crear algo para un sitio como éste. Parece que nacieran del suelo. Quiero que cuando la gente salga del tren y se encuentre con ellas, tenga una sensación de amabilidad y armonía. No quiero que se sientan amedrentados. Espero que ése sea el sentimiento que la gente perciba, algo que nos eleva a símbolos difíciles de encontrar en la escultura figurativa. Es algo muy emocionante y onírico. Por eso no he puesto ningún título. Creo que no hacía falta".

Escribe hoy Inmaculada Jiménez Caballero, profesora del Departamento de Proyectos ETS Arquitectura de la Universidad de Navarra, en Diario de Navarra:

ME es especialmente grata la consideración del artista como esa persona que con su trabajo nos permite ir “mas allá de lo que se ve”. Antonio López, cuando se refiere a las cabezas conocidas como El día y la noche que creó en su día para la estación de Atocha, se refiere a ellas como una obra en la que habita un cierto “misterio”.

Sin quererlo, coincide así con Benedicto XVI, autor de la definición del artista que he citado, en la capacidad del arte para penetrar o desvelar “el misterio”. Por eso la obra El día y la noche me pareció perfecta para que el arte contemporáneo español estuviera representado en la exposición inaugurada en la catedral de Pamplona.

Hace un año, Antonio López, como muy probablemente ha hecho ahora, estuvo con los estudiantes, hablando de arte y comentando lo que en ese momento estaban pintando, yendo siempre más allá de formas y colores, hacia esa zona de misterio que -quien mejor quien peor- todos compartimos:

Prometo referir aquí lo relativo a la performance de la instalación de Noche y día en el atrio de la Catedral y también quizá lo que vea cuando la visite en la segunda quincena del mes que viene.


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