
Poquísimos discos prescinden de adornos y efectismos, y aún así logran quedarse contigo mucho después de haberlos escuchado. Viéndolas Venir, del intronauta sevillano Antonio Smash, es uno de esos trabajos. No pretende estar a la moda ni deslumbrar con artificios, y quizá precisamente por eso se siente tan vivo. Lo escuchas una vez y la sensación es inmediata: aquí está un músico que no tiene ya nada que demostrar, pero sí mucho por contar.
La trayectoria de Antonio es tan insólita como coherente. Desde aquellos días de finales de los sesenta al frente de Smash, ese grupo que unió psicodelia y flamenco cuando nadie se lo esperaba, pero que tanto se necesitaba, hasta sus colaboraciones con Lole y Manuel, Pata Negra o Kiko Veneno, Antoñito, ha sido batería, teclista, productor y cómplice musical en incontables aventuras. Ahora, tras varios discos en solitario, llega Viéndolas Venir, que suena a la vez a balance de vida y a nuevo comienzo.
Que este álbum vea la luz bajo 5 Lunas Producciones no es casualidad. El sello andaluz es un hogar perfecto que ha hecho de la independencia y el compromiso con el rock progresivo y el legado del rock andaluz su razón de ser, ofreciendo refugio a artistas que prefieren la curiosidad a la comodidad. En piezas como la instrumental “A la vuelta de la esquina”, donde la bulería se entrelaza con naturalidad con el piano y la batería, Antonio demuestra que la inquietud creativa no entiende de edades. Y en composiciones como “Nada nuevo bajo el sol” reafirma que sigue siendo un artista capaz de conmover y sorprender sin perder el pulso de la experimentación.
Aquí no hay nostalgia complaciente ni resignación. Lo que hay es una mirada clara y algo pícara de un músico que observa el presente con calma y con humor. Viéndolas Venir no es un regreso ni una despedida: es, sencillamente, un gran disco. Y en un mundo saturado de ruido, quizá eso sea lo más radical de todo.
Hazte con él directamente desde 5 Lunas Producciones.
