Revista Opinión

Anulación de sentencias de los años 30

Publicado el 09 octubre 2016 por Elblogderamon @ramoncerda

He estado pensando en cómo calificar este intento de anulación de sentencias de los años 30 por parte del Parlament y se me ocurren varias posibilidades, pero creo que «patético» sería el término más apropiado. «Ridículo» sería otra posibilidad a tener en cuenta.

El parlament, con Junts pel sí, Catalunya sí que es pot y la CUP con la anulación de sentencias de los años 30

#Anulación de sentencias de los años 30

Anulación de sentencias de los años 30. Una propuesta ridícula y patética.

Ridículo, patético… No importa cómo llamarlo, lo cierto es que estas cosas son un sinsentido y a nivel personal ya me están cargando más de la cuenta. Veo poco la televisión, pero una de las cosas que hago siempre que sale el tema separatista en danza es cambiar de canal; no importa lo que aparezca a cambio en otra cadenal… Sea lo que sea… Incluso Sálvame, será mejor que aguantar otra letanía más de pesado separatismo. A fecha de hoy aún no he sabido entender la diferencia entre el independentismo catalán y el independentismo vasco, pero mediáticamente está claro que el catalán es mucho más cargante, pesado, zafio, insistente…

A Carmena en Madrid la llaman (entre cariñosamente y con retintín) la abuela ocurrencias, pero todos estos del separatismo catalán se llevan la palma con medalla de honor en cuanto a ocurrencias sin sentido se refiere. Empezando por el total desprecio hacia lo que es España (da la sensación de que la odien más que los islamistas) y pasando por sus continuas acusaciones (España nos roba) hasta llegar a su falta de acatamiento de cualquier sentencia que no les guste. Ahora se les ha ocurrido proponer la anulación de todas las sentencias políticas del franquismo.

Esta supina estupidez viene impulsada por la Comissió per la Dignitat que lo que busca es algo así como una completa desconexión con España, rompiendo con el ordenamiento jurídico español y con el poder judicial. El primer artículo de este sinsentido es el que «declara nulos y sin ningún efecto jurídico todos los consejos de guerra sumarísimos y sus correspondientes sentencias, instruidas por causas políticas en Catalunya por el régimen franquista». Faculta además al Govern para que, en el plazo de tres meses, remita a los familiares afectados una «certificación de nulidad del procedimiento y la sentencia correspondiente».

Alegan que el Estatut de Catalunya de 1932 fue derogado en 1938 en un «acto ilegal de la dictadura franquista que solo pudo ser impuesto por la fuerza de las armas».

No voy a ser yo quien diga que lo que hizo el franquismo fuera correcto o no, pero la cuestión no pasa por anular unas sentencias de hace ochenta años. Si ese Estatut del que hablan es lo que quieren, que propongan otro similar o igual y lo hagan de manera legal, pero que no pretendan resucitarlo con la payasada de anular leyes de ocho décadas atrás. Son cansinos. Me pregunto por qué en España (la otra España) nos empeñamos tanto en que no se vayan.

Creo que no lo he dicho: Todo esto está previsto para el pleno del próximo 19 de octubre de 2016.

Ramón Cerdá


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