Así es, 2014 será el año en el que se verá que ni siquiera los títulos de serie B se pueden ya salvar definitivamente de remakes (o reboots utilizando la jerga más eufemística de los estudios). ‘Bloodsport‘, conocida en España como ‘Contacto Sangriento‘ y en Latinoamérica como ‘El gran dragón blanco‘, parece que hará los honores, seguida de ‘Kickboxer‘ apenas meses después.
De este modo, coicidental o no, siguen el orden de las películas originales. ‘Bloodsport‘ fue pergeñada en 1986, aunque no vió la luz hasta 1988 por conflictos entre estudios y productores ejecutivos, y por un Van Damme que quiso extender su participación hasta la edición del filme. 3 años más tarde se crearía la que el abajo firmante considera muy inferior ‘Kickboxer‘, modificando levemente el argumento y la localización de la trama -aunque añadiendo la escena del baile de Van Damme que es impagable a todas luces-.
Más tras el salto…
No parece que sea yo el único que ve notoria diferencia en la calidad de ambos títulos, pues ‘Bloodsport‘ está considerada una película de culto que directa o indirectamente ha influenciado a la subcultura de modo palmario. Ahí están los Cds de la banda sonora original que no bajan de 50 dólares en eBay o el movimiento marcial ‘Ballbreaker’ que mucha gente no conoció hasta que Mortal Kombat y Johnny Cage salieron a la luz unos años más tarde. Van Damme también tiene que estar contento con que este título le lanzase al estrellato, aunque la escena de su cara descuadrada y nariz sangrando flaco favor le hiciese cuando a finales de los 90 pasó por un infierno de adicción a la cocaína.
Pues ya estamos en la segunda mitad del 2013 y tras el varapalo del como no innecesario remake de ‘Mad Max‘ toca ahora digerir el de estas dos nuevas películas. Lo que ocurre es que viendo el argumento de ambos remakes cuesta ver la similitud con los originales; si un torneo de artes marciales en Brasil es un remake de ‘Bloodsport‘ cualquier otro título de torneos como ‘Operación Dragon‘o ‘Campeón de Campeones‘ también iría dentro del mismo saco. ¿Ante qué estamos pues?
Parece éste ser un caso de marketing y engaño al consumidor, tal y como se vio en el ¿remake? de ‘Desafío Total‘, en el que sólo los nombres de los personajes y parte de la trama parecían deber algo al film original. Los estudios buscan captar el interés del público joven -que no reconocerá el título de ninguna película más antigua del año 2000- y por otro a los fans de las películas de acción de la época dorada. Este nutrido grupo de espectadores, entre los que me he de incluir, serán quienes verán la película para granjearse una opinión y resoplar tranquilos al saber que el nuevo título no es una amenaza al buen recuerdo de la película original.