Escandaloso. Suma y sigue. Nueva subida de la electricidad, a partir del mes que viene, del 3,1%. La tercera de este año, un glorioso año en el que nos han subido el 8%. O sea cinco veces lo que sube el IPC. ¡Una maravilla!. Y ahí no queda la cosa. Durante los últimos seis años, el precio de la luz ha subido el 66%, que no es moco de pavo.
No pasa nada. Aquí no queda otra, a pagar o a apagar. Y como apagar no podemos por desgracia, pues este lobby energético con ayuda de sus amigos, los gobiernos de turno, no hacen sino obtener congruos beneficios a costa de los consumidores, pues nos toca pagar.
Tenemos, después de Chipre e Islandia, la electricidad más cara de Europa. Eso sí, con más fallos que una escopeta de feria. Cortes de luz, cambio de contadores, arreglos en la red –vieja y deteriorada-- y sin que se pueda obtener diferencias sensibles entre las distintas compañías.
Hay sectores vitales que deberían ser públicos. Desde Felipe González, gran socialista y amante de las empresas privadas, hoy consejero de Gas Natural-Fenosa –ahora entendemos lo de la privatización de esta empresa—, nos han ido privando de servicios esenciales, privatizándolos para dárselos a sus amiguetes y poder conseguir un puestecito de jubilado glorioso.
Por otro lado, el gobierno actual, con ese ministro triste y seco al frente (Soria) no termina de explicar por qué pagamos lo que pagamos y además nos cuentan milongas como que encima tenemos un déficit tarifario pendiente de pagar. Parece que debido al uso de energías alternativas. Y como son unos mendrugos, encima abandonan la política de potenciar energías alternativas, incluso poniendo impuestos adicionales sin pensar que se están cargando el futuro. Porque el futuro pasa por las energías alternativas o no pasa. Las energías tradicionales tienen un porvenir gris.
O sea, que en vez de apostar por las nuevas energías, las del futuro, se las están cargando, pues dicen que repercuten en el alza del recibo de la luz. Hay que ser miopes, desde China a Alemania, pasando por USA o por otros países avanzados, se están promocionando y potenciando las energías alternativas, aunque en este momento esto signifique una inversión –no un coste como dicen nuestro querido ministro—, de la que se hace cargo el Estado.
Total, que nosotros que tenemos, sol, aire y mar, debemos seguir dependiendo per secula seculorum de las energías tradicionales, aunque no tengamos petróleo ni gas. Así es cómo ven el futuro nuestros queridos gobiernos. Una vergüenza más que se tapa con un alza del precio que pagan los ciudadanos. Ellos a vivir y cuando se retiren ya saben qué les espera. Un puestecito en alguna de estas empresas de energía.
Difícil luchar contra este lobby y el gobierno que le apoya. Sin embargo, además de las medidas conocidas por todos para ahorrar la luz, hay una campaña interesante iniciada por la OCU donde se pretende contratar electricidad más barata uniendo a consumidores y obteniendo precios más bajos. Hay que contactar con quieropagarmenosluz.org y unirse a la campaña. Ya son 218.000 los consumidores adheridos. ¡A por ellos!
Salud y República