Apagónes una serie que trata sobre las consecuencias de que una gran tormenta solar impacte contra la Tierra.
Inspirada en el podcast El gran apagón (Podium Podcast, PRISAAudio), la serie de Movistar, producida por Buendía Estudios, transcurre en cinco episodios encargados a diferentes guionistas y directores de los más creativos y premiados de España. Cada uno de los capítulos transcurre en un ámbito distinto y muestran cómo cambia la vida cotidiana y cómo reaccionan los seres humanos. Todos son diferentes, pero están bajo la premisa común del apagón y son piezas que encajan formando una unidad. La historia, tanto visual como narrativamente, logra atrapar al espectador desde el principio. La crítica es unánime al considerarla una de las mejores series del panorama español actual.
Apagón.
Dirigida por Rodrigo Sorogoyen, Raúl Arévalo, Isa Campo, Alberto Rodríguez e Isaki Lacuesta.
Escrita por Isabel Peña, Alberto Marini, Fran Araújo, Rafael Cobos e Isa Campo.
Foto: Filmaffinity y Movistar+
La acción comienza en un futuro inmediato en el Centro de Emergencias de Madrid. Un mensaje alerta a todo el equipo de que una gran tormenta solar se dirige a la Tierra. Los expertos ejemplifican lo que puede suceder resumiendo el Evento Carrington (1859) que dañó nuestra incipiente red eléctrica y los telégrafos. En nuestros días el mejor escenario posible es que la atmósfera absorba la tormenta como suele suceder. El peor escenario es que se produzca una caía en cascada de todos los sistemas eléctricos. Unos científicos son optimistas y otros alertan de un peligro inminente. La NASA aún no ha informado de la situación real y Estados Unidos, el referente mundial, no está tomando ninguna medida.
Ernesto, el coordinador, es partidario de prepararse para lo peor. Miembros de su equipo le recuerdan las pérdidas económicas que supondría y la alarma social que empezarían ellos mismos cuando solo hay un 2% de posibilidades de que la tormenta solar alcance España.
—Y de una pandemia mundial… ¿qué probabilidades había?— se pregunta Ernesto en una frase lapidaria.
Como el mismo título de la serie indica, el apagón se produce, y el atardecer viste con una aurora boreal el cielo de Madrid.
Aurora boreal.
Foto: pxhere.com
El segundo capítulo transcurre en un hospital. Tras una semana sin electricidad.
En el tercer capítulo han pasado varios meses y en una urbanización de las afueras los vecinos tratan de cultivar y potabilizar agua.
En el cuarto capítulo un pastor trashumante recorre España con su rebaño de cabras, totalmente integrado en la naturaleza sin que le afecte el apagón. Pero tropieza con gente de la ciudad que solo piensa a corto plazo.
—Donde hay un pastor con un rebaño, hay lobos— sentencia nuestro cabrero.
En el último capítulo nos reencontramos con personajes del primero, cerrando un círculo y obteniendo respuestas.
Esta es una de las series más recomendables de Movistar. Tiene también otras estupendas como La fortuna (Alejandro Amenábar, 2021), serie basada en hechos reales sobre un joven diplomático que tiene que enfrentarse a un cazatesoros estadounidense que ha dañado y robado el tesoro de un pecio español. La temática es diferente, pero ambas están rodadas impecablemente.
Volviendo a Apagón, los propios guionistas reconocen que pensaron que se trataba de elaborar una historia de ciencia ficción, pero cuando vieron los datos científicos descubrieron que es algo que sucederá.
La sensación de realidad es constante y los protagonistas están magníficos. Pero además, se ha contado con actores naturales, es decir, los figurantes con frase son lo que dicen ser. En el capítulo del hospital todo parece real porque los extras son personal sanitario que sabe cómo se trabaja en las urgencias, en los quirófanos y que han aportado toda su experiencia laboral para que los escenarios fueran verdaderos. Pero en ningún momento se quiere escenificar el colapso del sistema hospitalario, sino mostrar cómo es posible sobreponerse a las situaciones adversas.
La serie no trata en ningún momento sobre la pandemia. La historia transcurre cuando ésta ya ha acabado y solo se menciona en dos frases. Pero en mi opinión, siempre subjetiva y personal, está influenciada por los acontecimientos recientes. Aunque en la trama no hay ningún virus, creo que los dos primeros capítulos son lo más parecido a la realidad de aquel marzo de 2020 que podemos ver. La incertidumbre, la falta de información, las opiniones dispares de los especialistas, la inacción de los países de referencia, las repercusiones sociales, económicas y políticas a las que habría que enfrentarse ponen a Ernesto y a sus superiores en graves aprietos. Aquí tienen que lidiar con un apagón en cascada pero la dureza de la decisión debe ser muy parecida. En el capítulo del hospital no faltan mascarillas, ni batas, ni respiradores como en la vida real… pero no funciona ninguno de los aparatos médicos, no se puede mantener ningún medicamento que requiriera refrigeración y el triaje se hace cada vez más estricto con la carga emocional que implica para muchos personajes.
Eso es lo más evidente para mí, pero veo aún más similitudes en las actitudes de los personajes en sucesivos capítulos. Es otro escenario totalmente diferente, pero tienen en común las diferentes reacciones de los seres humanos ante una catástrofe.
Durante toda la serie me rondó la cabeza estos pensamientos y por eso las frases de Ernesto y el pastor me parecen totalmente atinadas y lapidarias, como he dicho antes. Y durante todo el tiempo me mantuve en la incertidumbre que también acompaña a los personajes: ¿hay lugares que se han librado de esto? ¿nos están enviando ayuda? ¿cuándo volverá la electricidad motor de nuestro mundo? Y es que entre las consecuencias de este apagón se encuentra la falta de información: no funcionan los satélites, no hay televisión, ni internet, ni radio, no hay forma de tener noticias sobre nada. Tampoco la gente de ciudad tenemos terreno, ni forma de aprender a cultivar. Nuestros conocimientos no sirven en un mundo sin la tecnología de la que dependemos y que perdemos en un instante.
Los ciclos solares duran 11 años, se alcanza el pico de actividad solar y siempre nos envía alguna tormenta que nuestra atmósfera absorbe. Pero un día, quizá en poco tiempo, quizá dentro de 100 años, nos lanzará una como la que refleja la serie y hoy en día no estamos preparados para ello, no existen protocolos de actuación.
Nunca pensamos en que nos tendríamos que enfrentar a una pandemia de estas dimensiones y a un alto grado de amenaza nuclear que no se daba desde la Guerra Fría o la Crisis de los Misiles. La serie nos cuenta una historia verosímil, pero quizá deberíamos pensar que, en la situación actual, no hace falta una tormenta solar para dejarnos sin electricidad…